La piquense Franca González, fue elegida como una de las cinco mejores documentalistas argentinas de los últimos diez años por la Fundación Konex. Compartió el Premio Konex 2021 con Andrés di Tella, Néstor Frenkel, Daniel Rosenfeld y Sergio Wolf, otros cuatro directores de renombre. «Todavía no termino de caer, fue una sorpresa enorme para mí», señala asombrada la cineasta en una entrevista con LPN.
La elección de los ganadores estuvo a cargo del Gran Jurado, conformado por -nada más y nada menos- que Ricardo Darín como presidente, Graciela Borges como Secretaria General y Norma Aleandro como invitada especial, y por algunos referentes en distintos rubros, como la conductora Teté Coustarot, el crítico e investigador Jorge Dubatti, el productor Carlos Rottemberg, entre otros.
¿Qué cosas tuvieron en cuenta para la selección de las 100 personalidades destacadas de la última década del Espectáculo Argentino (2011-2020)? Según Darín en una entrevista para La Nación «el foco estuvo en valorar el talento, el esfuerzo, la dedicación y las condiciones de producción porque no es lo mismo un gran presupuesto que hacer a pulmón”.
«Todavía es muy difícil para las mujeres poder hacernos un lugar dentro de la historia del cine, no siempre contamos con los mismos accesos a los métodos y medios de producción y nuestras historias a veces pasan un poco desapercibidas.»
Franca González
«La relevancia que tiene haber ganado este premio exige estar a la altura de las circunstancias, porque estar entre uno de los cinco mejores documentalistas del país de los últimos 10 años es impresionante, compartiendo además el lugar con compañeros que para mi son maestros, son realizadores de una jerarquía increíble» menciona Franca González. Además, la cineasta se muestra sorprendida por el hecho de contar en sus documentales historias de cosas «tan pequeñas, que están en contacto con el alma de los seres humanos» y que de repente eso se convierta en algo tan «abarcativo y grande» como ser una de las mejores documentalistas de Argentina.
Ser mujer. «Ser la única de todos los premiados me implica una responsabilidad enorme, y me pregunto por qué yo y no otra», dice la directora de «Miró, las huellas del olvido». En una industria como la del cine, en donde la brecha de género se hace notar (simplemente hace falta ver la lista de los directores premiados) es un honor para Franca representar a una minoría que de a poco se hace ver y escuchar. «Todavía es muy difícil para las mujeres poder hacernos un lugar dentro de la historia del cine, no siempre contamos con los mismos accesos a los métodos y medios de producción y nuestras historias a veces pasan un poco desapercibidas, entonces es un orgullo enrome para mi recibir este premio», sostiene.
Filmar lo invisible
Ese parece ser la clave del éxito en sus producciones audiovisuales. «Hay una búsqueda en mis documentales y en mi lenguaje que tiene en cuenta lo chiquito, lo menos evidente, las puertas de atrás o las transversales, nunca las puertas principales, en definitiva para mí lo más importante es poder filmar lo invisible», tal es así, que su última película documental, está basada en la historia de un pueblo desaparecido, enterrado entre los cimientos, del que nadie recordaba nada, “Miró, las huellas del olvido” la historia de Mariano Miró, un pueblo en La Pampa, a 100 kilómetros de la ciudad natal de Franca, General Pico.
La brújula que lleva siempre con ella a la hora de buscar historias para realizar documentales es una frase de Luciano Barisone, ex director del Festival de Cine de Nyon “Visions du Réel”:
«Buscar el afuera no se trata solamente de viajar, de atravesar la tierra, de salir a buscar sitios y personas desconocidas. Buscar al otro termina siendo siempre buscarse a sí mismo.
Para llegar a ese «yo» oculto detrás de ese “otro», es necesario un encuentro, compartir algo, una necesidad, una fe. Esa voluntad de construir una «imagen» nos hace intentar filmar lo visible para llegar a capturar lo que no lo es. Es decir, filmar al hombre para hablar de la humanidad, la palabra para delimitar la mente, el cuerpo para percibir el alma. Al final, siempre se trata de filmar lo «invisible».
Vocación y trayectoria
La realizadora, que hoy vive en la Ciudad de Buenos Aires, tiene un firme recorrido en el mundo del cine documental. A los 18 años fue becada por su provincia para realizar estudios en la Sorbonne, Université de Paris, durante un año. Más tarde, estudió Artes en la UBA y orientó su formación al cine documental perfeccionándose con guionistas y realizadores como Isabel Flauvel (Francia), Lola Salvador, Carmen Cobos (España), Jorge Goldenberg y Gustavo Fontán (Arg.). Fue becaria del Fondo Nacional de las Artes (2000 y 2002), del Conseil des Arts et des Lettres du Québec y de Secretaría de Cultura de la Nación (2006/07) y del Programa de Investigación del Gobierno de Canadá (2007 y 2011). En todos los casos, las becas estuvieron orientadas a la formación y realización en cine documental de autor.
Sus propias creaciones fueron el largometraje «Liniers, el trazo simple de las cosas» (2010), «TOTEM» (2013), En 2006 dirigió «Atrás de la vía», filmada en General Pico (L.P.), produjo y dirigió el largometraje «Al fin del mundo» (2014), realizó el largometraje «Miró. Las Huellas del olvido» (2018) y actualmente trabaja en la post-producción de su film «Apuntes desde el encierro» (2021), y en paralelo, ha comenzado el rodaje de su nueva película «VINCI / Cuerpo a cuerpo», que espera estrenarla en 2022.
NON FICTION
«Lo bello para mi de las películas documentales, no son los temas sino, el modo en que son abordados» y agrega que lo que más disfruta a la hora de hacer documentales «es la posibilidad de inmersión en los universos de otras personas, otros horizontes, poder entrar en profundidad en la vida de los otros y poder tener una mirada propia de eso, es como permitirte vivir por un tiempo en otro universo completamente diferente que el de tu propia vida».
Sus películas se pueden ver en la plataforma Cine.ar y en su página twww.francagonzalez.com.ar