Un homenaje al expresidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy, se yergue a 2.500 metros de la localidad de Quemú Quemú, al noreste de La Pampa.
Inaugurado en mayo de 1967, la obra de arquitectura brutalista, genera curiosidad, intriga, y hasta controversias: ¿qué hace un monumento a Kennedy, un presidente norteamericano, inmerso en el medio de la llanura pampeana?
Tiene 40 metros de alto, está realizado en hormigón armado, y ubicado en la intersección de las rutas provinciales N°1 y 12, en el acceso a la localidad. En el 2019 fue declarado Monumento Histórico Nacional, lo que implica que no podrá ser vendido, relocalizado, destruido o restaurado.
Alicia Ramos de Minig, profesora de Historia y Geografía -oriunda de Quemú Quemú- publicó un documento titulado «Un singular monumento: razones para su creación» para las XIX Jornadas de Investigación de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa, en el que detalla los vericuetos de la historia del colosal monumento.
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El contexto. Su creación se enmarca en el contexto histórico de la década del ´60. Tiempos en los que el mundo estuvo teñido por movimiento políticos y culturales revolucionarios. «Vietnam, el Mayo Francés, las muertes de líderes como el Che Guevara, John F. Kennedy y Martín Luther King, entre otros (…) Una juventud conflictiva era atravesada por fuertes cambios y por la perspectiva de un mundo nuevo a partir de transformaciones que parecían ilimitadas. Las canciones de los Beatles dan cuenta de la sociedad de consuno, las melenas largas, los jeans y la minifalda. La cultura no fue ajena a la tendencia de modernización y cambio en las condiciones de vida en general. Se organiza una avanzada receptiva a un arte nuevo, de vanguardia. Un arte que trascendiera nuestras fronteras«.
Sin embargo, se puede deducir, a raíz del documento, que más que un homenaje a Kennedy es un homenaje a lo que representó el asesinato del expresidente norteamericano y el extremismo de algunas ideas revolucionarias. Según Alicia Ramos para el Diario Textual «es un monumento que nos debe llevar a la reflexión y a pensar que las controversias y los pensamientos distintos no se deben resolver sesgando la vida del oponente, por el contrario, entre ambos construir una salida mejor».
El monumento. Al pie de una de las caras del prisma, por debajo de la flecha, figura como inscripción una frase de Kennedy: ”Que la justicia de nuestra causa mantenga siempre nuestra fuerza”. Los pilares laterales del monumento que confluyen en un último punto significan la vida y la muerte. El prisma horizontal representa la vida en acenso truncada por la joven muerte de Kennedy. Y, en la parte superior, se lee, sólo desde el cielo, «Ave María» como señal de respeto a los cristianos.
Para la construcción fueron necesarias unas 700 toneladas de piedra triturada; 700 toneladas de arena de río; 4.500 bolsas de cemento y 29 toneladas de acero especial, según Carlos Iulita de la empresa ejecutante para el diario La Reforma de mayo de 1967.
¿Cómo se financió? Según la rigurosa investigación de Alicia Ramos de Ming «La obra se financió, entre otros aportes, mediante suscripción de los pobladores a quienes se les otorgaba un título de adquisición por la donación efectuada; donaciones de municipalidades y comisiones de fomento mientras que la Legislatura pampeana sancionó la Ley Nº 300 disponiendo la construcción del monumento y el otorgamiento de cinco millones de pesos para la obra».
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¿Quiénes fueron los impulsores y creadores?
Entre artistas uruguayos y argentinos, y los mismos fundadores de Quemú Quemú, se gestó la mentoría del monumento. Lincoln Presno, artista uruguayo, fue el diseñador de la escultura; el profesor Fernando Demaría Madero profesor de Filosofía y Letras, descendiente de los fundadores de Quemú, su ideólogo.
«En diciembre de l963, después del asesinato del presidente norteamericano John F. Kennedy, ocurrido el 22 de noviembre en Dallas, Texas, EEUU, un grupo de vecinos de la localidad de Quemú Quemú, entre los que se encontraban el escribano Héctor Raúl Tardiani y Antonio Lanfranco, reunidos con motivo de un bautismo en la estancia “La Sarita” de Fernando Demaría, tuvieron la idea de levantar un monolito recordatorio. Demaría propone encomendar su diseño al artista uruguayo Lincoln Presno, a quien le hace llegar esta proposición por intermedio de otro artista uruguayo: Carlos Paez Vilaró . El equipo de profesionales que acompañó a Presno, estuvo compuesto por el arquitecto Casal Rocco, quien suprimió la pared que sostenía la flecha horizontal; el ingeniero Leonel Viera que supervisó y aprobó los cálculos efectuados por una empresa argentina, y el ingeniero Julio César Arigón quien planificó una iluminación que entonces no se pudo concretar», publicó la investigadora.
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Arte. «Es una expresión de arte escultórico, de sobrias líneas geométricas y asombra por su simplicidad; no tiene curvas y todas sus líneas son rectas. Muchos se preguntarán cuál es el significado de esta forma gigantesca y qué relación tiene con la personalidad, la obra y la trágica muerte de Kennedy. El mismo escultor señala que ”simboliza el espíritu eterno y ascendente de Kennedy. El prisma triangular que al caer dio origen a ese espacio, representa la horizontalidad de la muerte. El cruce de la muerte y la vida, da origen a la cruz “.
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Arturo Frondizi. La investigación de la profesora Alicia Ramos finaliza con algunas expresiones del expresidente Frondizi para una edición especial de La Reforma en donde hace alusión al homenaje a Kennedy realizado en Quemú Quemú.
”Venimos al lugar donde se levantará un monumento en el cual se expresa un homenaje profundo y sentido del pueblo de nuestra patria” (…) ”Tiene un hondo significado simbólico que el lugar escogido sea este pueblo pequeño de la pampa argentina. Aquí, como en pocas partes, se expresa la contradicción íntima del continente latinoamericano: esa contradicción que Kennedy sintió en profundidad y por cuya superación ofrendó en holocausto su propia vida. Aquí se enfrenta la realidad del desarrollo y la potencialidad que encierra la riqueza de América Latina. En este rincón de nuestra patria, viven sus esfuerzos y sus afanes muchos de esos latinoamericanos para los cuales Kennedy soñó un futuro mejor libre de miseria, de hambre, de miedo al futuro».
Arturo Frondizi, en el homenaje a Kennedy realizado en Quemú Quemú.
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