Valentín Cisneros tiene 26 años, es de Santa Rosa La Pampa, y se ha convertido en uno de los referentes del tatuaje tradicional de la zona -aunque él, con auténtica humildad y sencillez, no lo crea-. Su lienzo suele ser la piel de la gente, sin embargo, también dibuja y pinta obras sublimes en telas y papel.
A Valentín y a un colega, Marcos (@Pampa.tatoo), los convocaron desde el Centro Municipal de Cultura para exponer sus obras -tatuajes re-versionados a pinturas, o viceversa- y así poder salir del taller para mostrarles a los pampeanos un tipo de arte distinto. «Rituales del cuerpo, superficies de poder” decidieron nombrar la muestra que estará disponible hasta fin de octubre.
Los primeros pasos de Valentín fueron a sus 19 años, cuando por primera vez se pudo comprar las máquinas necesarias para tatuar. «Un corazoncito en la pierna de mi hermana -medio explotado- fue el primer tatuaje que hice», dice riendo. «Tatuaba naranjas, melones, frutas de distintos tipos, hasta que me animé» recuerda. Hoy en día se asombra de su crecimiento y cómo desde aquel momento fue incursionando en el mundo de los tatuajes para así concretar un estilo propio.
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¿Qué es lo que más te gusta de tatuar? «Que la gente lleve cosas mías, eso es lo más zarpado. Un sello propio y duradero en el cuerpo de mucha gente. Es mucha responsabilidad además. Te dan una parte del cuerpo para hacer lo que que a vos te gusta. Es muy loco».
El tatuaje tradicional es su fuerte. Se caracteriza por los diseños con líneas gruesas, algunos se ven un poco «violentos» porque son más bien «sólidos» y tienen una cierta proporción de negro, color y espacio en la piel determinada. «Tiene un bagaje histórico y teórico» dice Valentín. Además menciona que hay dos ramas en el tatuaje tradicional: el americano y el europeo. «Tienen pequeñas diferencias, el europeo suelen tener líneas más finas, más detalles y colores del tipo del verde oliva. El americano en cambio tiene líneas más gruesas y colores súper planos».
-¿Y su significado?- «Algunos dibujos de los tradicionales tienen un significado. Antes tenía más peso el significado, por ejemplo una golondrina para los marineros representaba que habían navegado tantas millas en el mar. Pero hoy en día todos tienen una golondrina y nadie es marinero».
La combinación del Hardcore, el Punk y el gusto por dibujar hicieron que Valentín fusione eso en lo que hoy se podría decir que es su pasión. «Muchos de los cantantes que me gustaban estaban todos tatuados, de pies a cabeza, y me gustaba mucho dibujar como hobby», cuenta el tatuador. Hasta que todo eso pasó a ser algo un poco más serio. Un estilo de vida. Y lo que siempre puso en primer lugar. «He tenido muchos altibajos con respecto del lugar físico y otras cosas, pero nunca lo abandoné, hasta en los peores momentos, siempre tatué o pinté. Siempre lo puse primero«.
Crecer. Los viajes a convenciones en Buenos Aires, observar a amigos o colegas trabajando y compartir con ellos fueron pasos clave en el crecimiento profesional de Valentín. «Cuando fui a Zona Sur, y vi a mis amigos laburar, desde ver cómo tenían el local hasta ver cómo se sustentan las 24 horas de tatuar, moviéndose para todos lados, yendo a tatuar, yendo a convenciones, comprando libros, me dije -esto quiero ser y hacer-. Estar exponiendo con alguien que admiro y compartir estudios con tatuadores muy buenos, también me hace crecer mucho».
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«El crecimiento lo veo cuando miro cosas que antes no me hubiera imaginado que podía dibujar, o de tatuajes que diga -sí, esto lo puedo hacer- y reconocer que está bien hecho. Si bien uno es muy duro con uno mismo, la autocrítica es dura, es frustrante, pero hace mucho tiempo atrás no me hubiera imaginado estar al nivel que estoy ahora -que no es la gran cosa- Las ganas que tengo de ir para adelante hacen que mejore siempre, que siempre mire para arriba» reflexiona el tatuador.
Tatuar es un arte para quien se lo toma en serio. ¿Vos sos un artista? «El arte es complejo. Pero sí, se cree que el tatuador es como un oficio, que vos solamente llevas un tatuaje y esa persona lo copia y fin. Pero nosotros lo que hacemos es el estudio de flash, que sería el estudio del principio o las raíces de los dibujos, los reproducimos y ponemos nuestra impronta. Tatuar es ir haciendo una búsqueda, y que vos puedas ver el tatuaje y reconocerlo, es tener como una especie de identidad. El hecho de tatuar en sí es un trabajo paralelo, porque conlleva el estudio de los dibujos y la reconversión a un estilo propio.
Lograr una identidad, una marca personal. «Es un proceso muy largo» dice Valentín, que de hecho menciona lo bien que lo hace sentir que alguien reconozca un tatuaje suyo. Parte de la búsqueda y parte del resultado.
En lugar de una colección de pinturas, cuadros o reliquias, Valentín colecciona tatuajes en su piel. «Es mi propia colección, no los elegí por el significado, sino que por el hecho de tener una pieza de un artista en mi piel y para siempre».
¿Y lo próximo? «Viajar, me gustaría viajar ya que lo que te enriquece en el mundo de los tatuajes es viajar y buscar lugares en donde pasen cosas, compartir con distintas personas el conocimiento y empaparse de experiencias».
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