Caminando las calles del centro esta tarde, los «duendes» del pasado me llevaron otra vez a aquellos tan hermosos días del Carnaval Pampeano…
Un auto con una pequeña bocina iba promocionando los espectáculos carnavalescos que se realizarán en la Laguna en pocas horas…Y como en la famosa «máquina del tiempo» que nunca inventaron, me encontré en aquellos Carnavales de antaño, que se celebraban tanto en pueblos pequeñitos y grandes ciudades por igual.
Estas fiestas paganas, como tales, tuvieron su mayor esplendor entre las décadas del 20´ al 70´ en que fueron mutando hasta convertirse en monumentales espectáculos como los de estos tiempos en Corrientes o Gualeguaychú con fuerte impacto de la música brasilera y espectaculares mujeres vestidas con «muy poca tela».
Aquello era distinto, todo distinto. Los protagonistas eran los propios vecinos,hombres, mujeres, chicos, grandes y viejos, que en horas de la siesta con 40 grados, salían a «mojarse» balde o palangana en manos, chicas contra muchachos, pibes traviesos con hermosas niñas y hasta «Viejos picaflores» que se sentían «Pichones» acomodandole un certero baldazo de agua fresca a la veterana de enfrente o a la piba más bonita… Y nadie se enojaba porque era carnaval.
Ni hablar de lo que eran los Corsos y bailes por las noches. El pomo de goma o plástico «jorobaba» con su chorro de agua a cuánto distraído se cruzaba. Aunque después se utilizaron otras, en aquellos tiempos tan lejanos y cercanos para quienes hoy peinan canas y los que no usan peines también, la 9 de Julio entre 25 de Mayo y Pico era el epicentro de la alegría. Entre las 10 y 12 de la noche los Corsos fueron sensación. Familias enteras llenaban las dos veredas para ver máscaras y carrozas de todo tipo que armaban en cualquier local «tiradas» por un auto y hasta algún tractor que metía ruido y humo al pasar. Y todo gratis por supuesto.
Como hasta el 60´ no llegábamos ni a 30.000 las almas que vivíamos en la tierra «heredada» por Don Tomás, todos queríamos saber quiénes eran las mascarillas que se acercaban para hacerle morisquetas o simplemente joderte un poco para divertirse. Cada uno de los que vivimos aquellos días seguro tendrá 1.000 recuerdos risueños.
Quien esto escribe recuerda tantos aún de muy pibe, como por ejemplo aquella noche de calor intenso cuando un impresionante Oso Marrón, de largo pelaje, que debió transpirar como testigo falso, tiraba zarpazos por doquier «asustando» a todos. Tenía una «fiera» careta con una trompa de 30 centímetros al mejor estilo del Lobo Feroz. La cuestión que de ida y vuelta por el Corso, el Oso grandote tomó de punto a un pobre hombre que con su familia miraba gustoso el espectáculo y le tiraba terribles manazos a la pasada. Hasta que el hombre se cansó, esperó al Oso malo y le acomodó una terrible piña en la trompa que se la juntó con los ojos. Acto seguido, el Oso se sacó la careta y apareció la figura enfurecida de un gran boxeador Peso Pesado muy conocido llamado Tito Fuertes, un personaje de la pequeña ciudad, que sacó corriendo al hombre muy asustado cuando lo reconoció. Fue así que un Oso con cara de hombre y careta bajo el brazo, corrió por dos cuadras entre la gente a ese señor que se le escapó entre los canteros de la plaza.
Cuando la bomba de las 24 hs, tirada por Tito Ninfus, anunciaba que terminaban los Corsos, empezaba otro espectáculo, el de los globazos y baldazos de agua que caían desde los techos y preparados durante el día.. El que se quedaba sabía que podía salir empapado. Y todo terminaba con los grandes bailes de los clubes dónde actuaba la Orquesta Típica y Caracteristica de Fulano de tal, como se los anunciaba por entonces…
Lástima que muchos testigos de aquellos Carnavales distintos, hoy no «navegan» por Internet porque me ayudarían a contar mucho más. Aunque otros muchos recordarán historias de sus pueblos. Pero al menos estas líneas pueden reflejar en las generaciones posteriores, lo que fueron aquellos Tiempos de Carnaval.
Juan Carlos Carassay, locutor y periodista. Más de 50 años de pasión por la comunicación y el deporte. juancarloscarassay@gmail.com
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