Todos los 9 de junio se conmemora el Día Internacional de la Trombofilia, una fecha que busca concientizar sobre el trastorno en la coagulación que provoca propensión a sufrir coágulos o trombosis, una patología que en las personas gestantes puede producir complicaciones serias en los embarazos y puede llegar a provocar abortos.
Actualmente, la Argentina cuenta con la Ley Nacional de Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera infancia, la Ley de los 1000 días, y establece que para aquellas personas con sospecha de trombofilia el Estado tiene la obligación de «procurar el acceso a los estudios diagnósticos gratuitos y a los tratamientos establecidos para tal condición, tanto para las personas con cobertura pública exclusiva como para quienes posean otra cobertura social».
Es importante tener en cuenta que la trombofilia no es una enfermedad. Es un factor de riesgo. Entonces, ¿por qué se habla de la trombofilia como un factor de riesgo? En 1995, la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia definió a la trombofilia como una tendencia aumentada a la trombosis, es decir, un factor de riesgo.
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La trombosis es un trastorno del sistema sanguíneo, que se caracteriza por la formación de coágulos o trombos. Es un trastorno de la sangre. Estos coágulos o trombos interrumpen total o parcialmente la circulación de la sangre, impidiendo su paso por el sistema sanguíneo. La sangre es la encargada de transportar el oxígeno y sin oxígeno no hay vida.
Las complicaciones que producen las trombofilias tienen relación con la falta de la llegada de la sangre al órgano que presenta la trombosis. La trombofilia puede afectar al embarazo presentando: aborto a repetición, 3 o más abortos, feto muerto, hipertensión durante el embarazo, desprendimiento de placenta antes de tiempo, restricción de crecimiento fetal dentro del útero y parto prematuro antes de las 37 semanas de gestación.
Clasificación de las trombofilias
Se clasifican en hereditarias y adquiridas: las trombofilias hereditarias se deben a una alteración genética en alguno de los componentes de la sangre que intervienen para que esta no se coagule dentro de los vasos (Proteína S, Proteína C y Anti- trombina), pero también puede presentarse alguna alteración estructural en alguno de los factores de la coagulación (el Factor V Leiden o la Protrombina G 20210 A, cuya presencia favorece la coagulación de la sangre).
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En cuanto a la trombofilia adquirida, está representada por el paradigma de todas las trombofilias, el síndrome antifosfolipídico (SAF), una enfermedad autoinmune sistémica que se caracteriza por la presencia de trombosis arterial o venosa, aborto a repetición, muerte del feto, complicaciones obstétricas como el parto prematuro, el menor crecimiento adentro del útero y el desprendimiento de la placenta antes de tiempo. Por eso se la denomina enfermedad autoinmune, porque el organismo reacciona contra sí mismo.
¿Qué condiciones deben cumplirse para el diagnóstico SAF?
Al menos un criterio clínico de SAF obstétrico o SAF trombótico, además de un estudio de laboratorio positivo. El SAF obstétrico se da ante la perdida de embarazo mayor a 10 semanas, nacimientos prematuros antes de las 34 semanas de gestación, y también tres o más abortos tempranos antes de las 10 semanas de gestación.
El SAF trombótico está representado por episodios de trombosis que pueden ser arteriales y venosas en cualquier órgano o tejido. En cuanto al tratamiento de las trombofilias, se basa en administrar aspirina en baja dosis y heparina, una sustancia que es anticoagulante.
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Es importante tener presente que cuando una mujer presenta abortos repetidos, si se murió el bebe en la panza, si tuvo alta presión durante el embarazo, si se le desprendió la placenta antes de tiempo, si su bebe tuvo bajo peso al nacer o un parto antes de tiempo, se debe hacer la consulta pertinente antes de volver a intentar embarazarse, ya que podría ser trombofilia.
Sin el acceso al tratamiento, solo se tiene un 20% de posibilidad de tener un hijo vivo y sano. Pero con el tratamiento adecuado las posibilidades de tener un hijo sano se incrementan a un 85%. Ante la sospecha de trombofilia es muy importante realizar una consulta previa para planificar un nuevo embarazo, tanto para la salud física y psíquica de la madre como para aumentar las posibilidades de nacimiento del bebé.
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