Los avances tecnológicos pueden transformar la vida de las personas favoreciendo la mayor participación posible en diferentes actividades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció GATE (Global Cooperation on Assistive technology) en 2014 con el objetivo de fomentar la tecnología asistiva (TA) desde la perspectiva de la salud de las personas.
Este nombre designa a los sistemas y servicios que utilizan dispositivos de ayuda para potenciar, suplantar o mantener la funcionalidad de las personas. La TA favorece el bienestar, la calidad de vida, la independencia, además facilita el acceso a la educación, al mercado laboral y a la vida social. También reduce la necesidad de servicios de salud, de atención crónica y facilita el trabajo de los cuidadores.
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Algunos ejemplos de TA son:
- Ayudas para la movilidad (sillas de ruedas, bastones, prótesis).
- Ayudas cognitivas. Dispositivos de asistencia informáticos o eléctricos.
- Audífonos. Programas de reconocimiento de voz. Lectores de pantalla.
- Interfaces y herramientas. Para computadoras y dispositivos móviles.
- Rampas, barras de seguridad y puertas anchas.
- Elementos y utensilios adaptados para AVD (comer, cocinar, vestirse).
- Interruptores adaptados de luces, teléfonos y timbres.
La tecnología asistida es una intervención multidisciplinaria del equipo de salud y para lograr los objetivos, es recomendable:
- Equipos de salud capacitados para prescribir el producto de asistencia, adaptarlo y entrenar al usuario en su utilización.
- Evaluación previa del potencial del usuario y la ergonomía necesaria, para alcanzar equilibrio entre las necesidades del usuario y las prestaciones del producto.
- Desarrollar técnicas compensatorias. La adaptación requiere de tiempo, esfuerzo y supervisión profesional, en el aprendizaje del uso del dispositivo.
Cuando estas condiciones básicas no son observadas, los productos de asistencia resultan inoperantes y el usuario abandona el uso o provocan daños físicos que agrava el estado de la persona, generando frustración. Es importante definir que cada persona con discapacidad requiere de especificidad e individualidad en el equipamiento.
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Estos productos también requieren de tecnología para el mantenimiento y la reparación. El servicio debe ser de fácil acceso, eficaz en el tiempo y factible, desde lo económico. Cuando la reparación no está disponible, la persona se vuelve dependiente. La falta de tecnología asistiva apropiada genera exclusión y aislamiento.
Las dificultades para acceder a la TA son:
- Políticas. No existe un programa nacional y en el sector público, el acceso es limitado, sujeto a un alto nivel de burocracia
- Industria. La fabricación y provisión de tecnología especializada, es de limitado acceso. Atiende a mercados de altos ingresos y desatiende sectores más vulnerables.
- Falta de incentivo al desarrollo de la industria nacional.
- La promoción de productos sin restricciones, estimula la demanda de productos costosos.
- Falta de un marco regulatorio y de política de precios. La oferta de soluciones mágicas, de recetas magistrales y los recursos de amparo, genera grandes perjuicios
- La importación de TA y su uso indiscriminado conducen a falsas expectativas y afecta la cobertura.
- Económico / financiero. Esta cobertura sumada, al costo de la tecnología y los medicamentos genera un previsible colapso de las distintas coberturas de salud y pone al sistema de salud en una preocupante situación.
La TA puede clasificarse según su nivel tecnológico en:
- Ayudas de no tecnología. Usos especiales de métodos y objetos comunes
- Baja tecnología. Adaptación de objetos y herramientas
- Media tecnología. Productos y equipos de mediana complejidad
- Alta tecnología. TICs. Robótica. Ingeniería Biomédica
Como mensaje final, es importante destacar el asesoramiento profesional e ir de lo sencillo a lo complejo. Una ayuda alternativa, aumentativa o sustitutiva, se puede transformar en una TA con poco requerimiento.
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Puede ser un desarrollo específico o una adaptación de un producto de fácil acceso, adaptado al usuario, su entorno y sus necesidades. La publicidad puede ser un mensaje esperanzador para vender productos, pero no la TA adecuada para la persona.
Lic. Gustavo Gheller Fisioterapeuta, Lic. en Kinesiología y Fisiatría, especialista en Kinefisiatría Crítica, diplomado en Kinesiología del Trabajo, Ocupacional y Laboral g.gheller@hotmail.com
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