Este año, debido a medidas de austeridad provocadas por la crisis económica, muchos municipios y provincias del país optaron por cancelar los carnavales. En Santa Rosa, el Feriarte organizado por el municipio convocó a algunas murgas. Sin embargo, no se realizaron las tradicionales celebraciones y festivales populares.
En este contexto, los colectivos y organizaciones que sostienen las murgas y comparsas durante todo el año existen y resisten. Desde #LPN hablamos con Batucada Los Legendarios y Murga Bien de Barrio sobre su rol social y cómo atraviesan la crisis y los recortes en cultura.
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El mes de febrero trae la fiesta del Carnaval, que significa dos feriados en el calendario nacional. Los festejos del carnaval en nuestro país tienen una larga historia que se remonta a la época colonial, adoptando diversas formas según el lugar. Fue introducido en nuestro territorio por la población de origen español y tuvo un gran impulso inicial de la comunidad afroargentina, según información del Ministerio de Cultura de la Nación.
Historia del feriado de carnaval: En el siglo XX la influencia de los inmigrantes italianos y españoles fue resignificando el carnaval, introduciendo ritmos, danzas y vestimentas propias de sus lugares natales. De a poco, se produjo el pasaje de las comparsas de candombe a las murgas, que comenzaron a bailar y tocar en los corsos. La migración a Buenos Aires de mediados de siglo, proveniente de las provincias argentinas y de los países limítrofes, generó un fuerte impulso a las murgas porteñas. A partir de 1976, durante la dictadura civico-militar, se eliminó al carnaval del calendario oficial de festejos y se detuvieron sus manifestaciones callejeras, lo cual provocó una invisibilización en el ámbito público. A partir de 1983, a pesar de que solo habían sobrevivido una decena de murgas, el fenómeno carnavalesco continuó con mucha fuerza en los barrios y volvió a ganar el espacio público hasta que, en 2010, se restituyeron oficialmente los feriados nacionales del lunes y martes de carnaval. La celebración del carnaval es una fiesta popular que permite recorrer y graficar las costumbres y dilemas que fue atravesando la sociedad porteña.
Este año, la crisis económica derivada de las políticas impulsadas por el gobierno nacional afectaron las festividades programadas para enero y febrero. Estos recortes impactan directamente en la actividad de murgas y comparsas, que tienen en consecuencia menos presentaciones y menos ingresos.
En consonancia con otras ciudades del país, la Municipalidad de Santa Rosa decidió suspender los Carnavales como medida de austeridad. En su lugar se desarrolló “Feriarte carnaval”, una alternativa para unir el fin de semana largo de carnaval y la producción de artesanos, artesanas y manualistas de la capital pampeana.
A pesar de ser febrero el mes de los carnavales, la actividad de las murgas no se circunscribe únicamente a este mes. Por el contrario, es durante todo el año que llevan a cabo talleres, ensayos y presentaciones. Esto es así porque las murgas cumplen un rol social.
Oscar Llanos (38) es bailarín y profesor de danza folclórica, y hace años dedica parte de su tiempo al carnaval y la música, desde sus inicios como bailarín hasta su actual rol como percusionista. Desde 2015 forma parte de Los Legendarios, una batucada que él mismo fundó, donde participan alrededor de 25 niños, niñas, adolescentes e incluso personas adultas.
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¿Para qué sirven las murgas? ¿Cuál es su razón de ser? Para Oscar, las murgas son manifestaciones culturales que cumplen una serie de funciones importantes en la sociedad, como rescatar a los jóvenes y brindarles un espacio de contención y construcción creativa en el barrio.
«Queremos separarlos un poco de la realidad y proporcionarles una actividad positiva, alejarlos de la mala junta también. Durante las tres horas de ensayo, tres veces por semana, pueden olvidarse de muchas cosas y concentrarse en la música y en divertirse juntos. Nuestra tarea es contenerlos, apoyarlos y enseñarles sobre nuestra cultura a través de la música«.
Oscar Llanos
Las murgas proporcionan un espacio para la expresión artística y cultural, permitiendo a los participantes desarrollar habilidades musicales, coreográficas y teatrales. Los Legendarios utilizan una variedad de instrumentos brasileños de percusión, como la caixa, los yocalos, el agogó de cuatro bocas y el repique de mano, entre otros. Su danza principal es la samba brasileña, pero también fusionan elementos del folclore en su espectáculo; Música folclórica y samba mientras tocan los instrumentos de batucada.
Para participar de los ensayos, que son gratuitos y actualmente se llevan a cabo en el barrio Villa Alonso, no hay requisitos de edad, estado físico o conocimiento musical, solo «tener disciplina y constancia«, explica Oscar.
Gustavo Cáceres (28) profesor de danza y murguero, forma parte de Murga bien de Barrio de Santa Rosa-Toay, desde hace 10 años. Esta agrupación está compuesta por 22 personas, que incluyen bailarines, cantantes y otros artistas. Sus ensayos se llevan a cabo en el Complejo Cultural el Molino o en las vías del tren.
Para Gustavo, el rol social de las murgas barriales es «expandir el universo cultural del niño, joven o persona adulta que participa», y son importantes, especialmente para aquellos jóvenes que pueden sentirse marginados o desconectados de la cultura y los objetivos sociales.
«La murga ofrece una forma de expresión artística a través de la música, el baile y el canto, es una una disciplina que abarca múltiples aspectos del arte. Además, desde una perspectiva política, la murga actúa como una voz crítica en el barrio o la ciudad, señalando las carencias y promoviendo el empoderamiento de la comunidad a través de la sátira y el humor. La murga no solo una fiesta, es también un espacio de reflexión necesario en la sociedad«.
Gustavo Cáceres
Financiamiento
Las presentaciones, en el caso de Los Legendarios, suelen ser contratadas, lo que les permite financiar sus actividades y adquirir nuevos instrumentos. También realizan eventos y colaboraciones con otros grupos para recaudar fondos y mantenerse activos durante todo el año.
«Ahora se nos han bajado de todos los carnavales que teníamos, cinco carnavales. Nos avisan que no hacen nada, solo una fiesta a la tarde. Personalmente veo algunos desafíos, especialmente en términos de financiamiento y apoyo gubernamental. La situación económica dificulta nuestras actividades y hace que sea más difícil acceder a recursos y oportunidades«.
Oscar Llanos
En medio de la crisis, Oscar revela que los costos se dispararon, lo que dificulta enormemente mantener una murga. Confeccionar trajes y prepararse para el carnaval puede ser muy caro. Este año, la batucada se presentó en el Feriarte Carnaval; la temática elegida para los vestuarios fue de piratas.
«Los precios de los materiales aumentaron muchísimo. Las plumas se fueron a 15 pesos cada una. Un traje puede llegar a necesitar más de 50 plumas, es insostenible. El otro día fui a comprar parches, palillos, esas cosas. Un parche nos valió 40 mil pesos el año pasado, con esa plata compraba otro. Hoy solo un palillo de bombo sale 20 lucas. O sea, es muchísimo. No se puede. Tratamos de acomodarnos como podemos con lo que tenemos«.
Oscar Llanos
La salida es colectiva
En el año 2022, en Santa Rosa se conformó la Asociación de Murgas y Comparsas, con la meta de unificar reclamos, brindarse apoyo mutuo e institucionalizarse para poder acceder a un mayor financiamiento. Con esta iniciativa, lograron trabajar en conjunto e incluso conseguir financiamiento para un proyecto. Pero este año la realidad es otra y con los recortes en cultura, estas organizaciones se ven afectadas.
«Lamentablemente nos encontramos sin recursos. Todo lo que es cultura está sufriendo recortes. Pero pudimos unirnos, organizar bingos y avanzar juntos. Estamos ayudando a aquellos que están empezando y necesitan apoyo. Algunas personas necesitan instrumentos desde cero y puede ser difícil. Estamos tratando de conseguir tela y otros materiales para compartir. Con eso, al menos damos una mano. Por lo menos confeccionar algunos trajes básicos como pantalones, remeras y camisas«.
Oscar Llanos
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Gustavo apunta que la cultura está en un momento de peligro y desvaloración que afecta «total y completamente a los sectores más vulnerables, como son los barrios, como es lo popular, como puede ser una agrupación barrial como una murga». La clave para poder resistir esto es la unión.
«La fiesta del pueblo desestresa y la gente y la sociedad lo necesita. El carnaval es una de las fiestas más importantes de nuestro calendario y es una fiesta necesaria, tanto para el que lo ve como para el que lo hace. Hoy está en peligro, caminando por una cuerda floja, en donde es fundamental que la gente nos apoye, empiece a despertarse en interesarse y apoyar las murgas y agrupaciones que hacen el carnaval. Todavía existe una mirada prejuiciosa hacia la murga, lo que es el género en sí y estaría bueno poder demostrar que no es tan así como se ve«.
Gustavo Cáceres
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