Muchas veces escuchamos decir que la justicia que se imparte en los poderes judiciales -provinciales, federales, nacional- es cuanto menos injusta.
La justicia, impartida por seres humanos, parece ser entonces carente de eso que llamamos justicia; para la víctima que busca venganza, no habrá justicia que le sirva, y para el victimario que pretende salir lo más airoso posible de la situación, tampoco habrá justicia que lo “deje bien parado”.
Pero, ¿qué es la justicia? y ¿de qué manera podemos estar de ese lado correcto?; aquí un ejemplo: el Rey Salomón.
Se sabía que Salomón era un gobernante juicioso y previsor, y como todo Rey de aquella época, entre otras cuestiones, decidía sobre lo que hoy conocemos como asuntos judiciales; una de las historias más famosas de todos los tiempos: la historia de este Rey que decide el destino de un niño reclamado por dos madres.
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Una noche se le aparece Dios, entre los sueños de Salomón, y le dijo que pida lo que quiera que se lo concederá; es entonces, que Salomón le pide que le de corazón entendido para juzgar al pueblo de Israel -su pueblo- y para discernir entre lo bueno y lo malo, pidió inteligencia para oír juicio, concediéndole Dios corazón sabio y entendido.
En aquel tiempo fueron al Rey Salomón dos mujeres que habitaban la misma casa y habían tenido un hijo cada una, a los pocos días de nacidos los niños, el hijo de una de ellas muere porque ésta se le acostó encima, y le cambió a la otra el hijo muerto por el vivo. La madre del niño vivo, se da cuenta del cambio y fue a reclamarle a Salomón para que ésta se lo devuelva.
La madre del niño muerto decía que su hijo era el vivo; entonces, el Rey pidió una espada para partir por la mitad al niño vivo y entregarle la mitad a cada una; aquí la madre del niño vivo le gritó al Rey -porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo-, que entregue el niño vivo a la otra mujer y no lo mate, en cambio, la otra mujer pidió partirlo a la mitad.
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El Rey ante esta situación dijo que no maten al niño y le entreguen el niño a la madre que pidió que no lo maten, pues, ella era su verdadera madre.
Todo Israel oyó aquel juicio que había dado el Rey, y respetaron al Rey porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.
¿Cómo es que los operadores judiciales podrán estar del lado correcto de la justicia?, será a través de la aplicación sabia y certera de sus decisiones judiciales, tendrán que pedir sabiduría, y así volverán a ganar el respeto y la credibilidad que fueron perdiendo desde que el Rey Salomón dejó su trono.
María Eugenia Pagés. Abogada. eugepages@gmail.com
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