El término «oficina» es meramente enunciativo y grafica un puesto de trabajo presente en numerosos rubros productivos, tanto públicos como privados.
Muchas personas desarrollan su actividad laboral o profesional, usando silla o escritorio de trabajo, monitor y/o mouse, teléfonos, impresoras y otros elementos de oficina, cumpliendo variadas actividades laborales y en diferentes escenarios.
Podemos afirmar que no contemplar el déficit ergonómico y el riesgo para la salud de la persona potencia patologías psicofísicas e interfiriere en la actividad laboral.
Y además que promover el diseño ergonómico de puestos de trabajo e implementar conceptos saludables en ámbitos laborales, favorece la producción.
Por lo tanto, es importante la identificación temprana de los factores de riesgo, su protagonismo en la jornada laboral y el grado necesario de prevención para minimizarlo.
Tradicionalmente la actividad del oficinista era considerada una actividad de bajo riesgo para la salud de los trabajadores, sin embargo, las estadísticas actuales marcan un alto nivel de prevalecía en la patología laboral actual.
El aumento del riesgo en este puesto de trabajo, está fuertemente influenciado por el avance de la tecnología y la presencia de las enfermedades de la era digital.
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Las nuevas tecnologías han modificado todos los puestos de trabajo y este en particular, con creciente dependencia.
La tecnología es una eficaz herramienta de trabajo, proporciona soluciones inteligentes a las necesidades laborales, facilitan la comunicación, pero tiene alto riesgo implícito.
Los problemas asociados su uso y abuso son variados. Pueden generar alteración de la postura, dolor osteomioarticular, cefalea y mareos.
También trastornos auditivos, visuales y tiene gran impacto en la salud mental, generando adicciones digitales.
Es para destacar, que el uso compulsivo de dispositivos electrónicos o plataformas digitales, tiene gran interferencia en la vida diaria y difiere del uso normal de la tecnología.
Es la doble cara de la conectividad. Puede ser una excelente herramienta de trabajo, pero tiene componente adictivo.
Regular el recurso tecnológico, según la capacidad humana en el puesto de trabajo, contemplar la ergonomía de la oficina, con espacio de trabajo acorde a la persona, debe ser una meta para cualquier empleador o gerente de empresa y debe transformase en un objetivo de lucha para los gremios.
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Ignorar el potencial daños sobre la salud laboral de las personas es un desacierto y va a marcar en un futuro próximo, la diferencia en la calidad de los puestos de trabajo, con impacto en la producción.
Se puede empezar con pequeños ajustes, que marcan la diferencia y potenciar un gran cambio en el cuidado de la salud laboral.
Algunas sugerencias pueden ser:
- Silla ergonómica, con apoyo adecuado para la columna vertebral, altura regulable que permita el apoyo de los pies sobre el suelo y apoyabrazos adaptables.
- Escritorito con suficiente espacio para piernas y pies debajo del mismo.
- Teclado por delante, con muñecas, antebrazos alineados y hombros relajados, con el mouse en la misma superficie que el teclado.
- Monitor detrás del teclado, a distancia y altura adecuada
Estas pequeñas medidas parecen ser una tarea sencilla que, sin embargo, se puede transformar en una misión imposible, solamente por la falta de visión de quienes conducen.
La necesidad de planificar educación en salud laboral y difusión consejos saludable en ámbitos de trabajo, favorece la calidad de vida de las personas y no puede esperar.
Lic. Gustavo Gheller es Fisioterapeuta, Lic. en Kinesiología y Fisiatría, especialista en Kinefisiatría Crítica, diplomado en Kinesiología del Trabajo, Ocupacional y Laboral g.gheller@hotmail.com
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