Fuerza de mujer es una cooperativa de mujeres trabajadoras que ha logrado proyectar un futuro diferente para Santa Isabel. Desde #LPN narramos la historia, el crecimiento y los cambios logrados por “un grupo de mujeres que se animó a hacer lo mismo que hacen los varones”, dice Norma Weht, su síndica.
*****
Santa Isabel, es un pueblo del oeste pampeano, a veces un poco relegado en la provincia. Debe ser por su distancia de la capital, su historia o la sed, pero se convirtió en la base de la conformación de una cooperativa de mujeres constructoras: Fuerza de Mujer.
La iniciativa le corresponde a Norma Weht, una docente del secundario para adultos del pueblo. Ella se ocupó de armar una lista de sus estudiantes o exestudiantes, específicamente de mujeres, a quienes les pudiera interesar tener una salida laboral desde la construcción, un ámbito laboral ampliamente abarcado por el hombre e históricamente delegado a su género.
Norma Weht cuenta que el 19 de enero de 2021, el municipio les otorgó una máquina en comodato, lo que les dio la posibilidad de fabricar bloques de cemento: “Eso fue a prueba y error, tuvimos que buscar información por nuestra cuenta y después a ensayar, hoy en día fabricamos más de 10 mil bloques por mes y es la mayor rentabilidad de la cooperativa”.
Leé también Una muñeca brava que hace de las uñas arte
Paralelamente, realizaban (y lo siguen haciendo) trabajos en obras particulares, comenzaron a trabajar para el sector privado (familias, empresas, etc.) del pueblo cuando pudieron demostrar el funcionamiento de su mano de obra y la calidad de los insumos que fabrican en distintas obras públicas.
“En La Pampa se puede crecer con trabajo digno y legal porque el municipio acompaña”, sostiene Norma, dado la dinámica y el resultado positivo de la colaboración del ente gubernamental en la construcción de la cooperativa.
En julio de 2021, pasaron a formar parte del 4,6% de mujeres constructoras que ejercen a nivel nacional, bajo la dinámica de cooperativa. Entonces, Fuerza de mujer se convirtió en una cooperativa de trabajo, un espacio que representa el empoderamiento político y económico de las residentes porque promueve el acceso digno e igualitario a las oportunidades laborales.
Hace poco menos de un mes, el 27 de abril de 2022, se les entregó la certificación que les permite funcionar como Cooperativa de Trabajo. A pesar de la relación profesional que une a estas mujeres funcionan bajo la vinculación propia de las cooperativas y, por sus resultados, la entrevistada afirma: “Nos distingue el grupo humano que conformamos”.
Para sus actuales asambleas se amontonan en un hogar de la calle J. J. Lavalle, funcionan bajo el reglamento interno de las cooperativas y toman decisiones en conjunto, pero, la mayoría de las veces, las reuniones se estiran más de tres horas porque se transforma en conversación, intercambio de historias y saberes que se dan por la familiaridad ganada en el espacio de trabajo.
Leé también Historias de mujeres. Las bomberas pampeanas que combatieron el fuego en el Litoral
“Acá sabemos lo que se siente, nos entendemos, se narran historias muy fuertes y nos acompañamos”, cuenta Norma. El secreto de la unidad es encontrarse con un grupo en el que la contención se transforma en un espacio de acompañamiento, en la creación de fuerza e identidad colectiva, “siempre sostenemos debates para llegar a los comunes acuerdos, cada una da su opinión y sabemos que tenemos que hablar con respeto”.
La comunidad, que supieron construir, hoy les permite proyectar nuevos rumbos para la vida social del pueblo. “Como síndica de la cooperativa me encargo de las relaciones humanas, recientemente armé una lista de diez chicas más para sumarse a la cooperativa, cuatro de ellas se están capacitando en construcción en seco”.
“Y las que ya están, se capacitan para trabajar con materiales reciclados (vidrio, plástico y papel), además de ser innovador, nos ayuda a resolver un problema del pueblo entero porque le damos otro destino y podemos descongestionar el basurero”.
Norma Weht
Norma demuestra que es posible cambiar la vida de una localidad desde un accionar grupal: “Todo esto ocurrió por ser un grupo de mujeres que se sintieron capaces de hacer lo mismo que hacen los varones”, dice con orgullo. Las mujeres que conocen sus derechos y los ejercen, tienen autoestima y confianza en sí mismas, son capaces de enfrentar de forma positiva las barreras de discriminación y desigualdad.
Leé también Laura Gómez Weizz, la voz de la llanura pampeana
Particularmente, las integrantes de la cooperativa son jefas de hogar, a excepción de una. Dado el progreso de la cooperativa, el municipio les cedió terrenos y están construyendo sus propias casas.
“Ahora proyectan un futuro distinto, a partir de una salida laboral segura, están construyendo ‘el barrio de las cooperativistas’. Esto lo comencé a hacer para ver un cambio en el pueblo que tanto me dio y creo que lo estoy logrando”.
Norma Weht
El próximo objetivo es conseguir una sede para la cooperativa para gestionar que puedan realizar asambleas, reuniones y talleres. Un lugar referencia para la identidad, la promoción de la pertenencia y autoestima colectiva que desencadena fuerza corporativa.
Quieren que se hagan escuchar sus voces, la exigibilidad de sus derechos, el seguimiento de programas y proyectos en favor de las necesidades que tienen como ciudadanas, para reclamar mejores condiciones de vida integral y en específico de sus derechos como trabajadoras de la construcción.
En esta localidad vecina, las mujeres constructoras logran un cambio que hace eco a nivel nacional e internacional ya que en países como Chile, México y Colombia, la tasa de mujeres en la construcción es de aproximadamente de un 5%.
Leé también Femicidios y el laberinto de la violencia
En la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) representan solo a un 5% del gremio. La pregunta que debemos plantearnos es cómo superar estos obstáculos y estereotipos, no solo para lograr un aumento en el número de mujeres en el sector de la construcción, sino también de qué forma podemos asegurar su permanencia en el trabajo. Fuerza de mujer nos demuestra que la unión con bases de cooperativismo es muy efectiva para esta permanencia deseada.
*****
Este contenido es posible gracias al apoyo de nuestros lectores y auspiciantes. Compartí esta nota, opiná, y publicitá en nuestra web, para promover un periodismo distinto en la región: Contacto y Publicidad