La Pampa 2025
En un mundo cada vez más consciente y empático con el medio ambiente, en donde las personas buscan alternativas para el respeto con el otro y con la naturaleza, se siguen viendo masacres de animales, deforestaciones de bosques y selvas, incendios, con el objetivo de seguir alimentando un sistema que ya no va más.
En lo que respecta a los animales, el bienestar es un tema complejo con múltiples dimensiones científicas, éticas, económicas, culturales, sociales, religiosas y políticas. En la sociedad civil suscita un enorme interés, y en algunos lugares del mundo implica una exigencia ética. En la Unión Europea ya existe una certificación de la venta de derivados de animales que fueron criados de una manera que respeta el Bienestar Animal.
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Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) el bienestar animal designa “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere». En la definición se incluyen también las «cinco libertades», enunciadas en 1965 y universalmente reconocidas, para describir los derechos que son responsabilidad del hombre, es decir, vivir:
- libre de hambre, de sed y de desnutrición
- libre de temor y de angustia
- libre de molestias físicas y térmicas
- libre de dolor, de lesión y de enfermedad
- libre de manifestar un comportamiento natural
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Desde #LPN entrevistamos a Ana Clara Gonzalez, ingeniera agrónoma especializada en ganaderías en regiones semiáridas. Se encuentra culminando el doctorado en Ciencia Animal de la Universidad Nacional del Centro de La Provincia de Buenos Aires, el cual trata sobre el estrés por manejo, temperamento y aprendizaje en bovinos para carne, temáticas dentro de la ciencia del Bienestar Animal.
Militante de las buenas condiciones de vida de los animales, «seres sintientes», bajo la mirada empática y humanista de la ingeniera agrónoma.
«Siempre tuve una filosofía o concepción indígena. Las tribus no tenían otro sustento más que la carne animal, pero el respeto y el agradecimiento al animal que daba su vida para el carneo, para vestimenta, por la grasa, era otro. Era una manera de honrar a ese animal que entregaba su vida para la alimentación de la tribu. Y quizás tratar de incorporar esa filosofía hoy en día, de otra manera, en las producciones. Es mirar al animal con respeto y darle condiciones aptas, es humanizar ese proceso. Hay que despertar ese nivel de sensibilidad y consciencia.»
Ana Clara Gonzalez.
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Periodista: ¿Cuál es el origen del Bienestar Animal?
Ana Clara: Bienestar Animal es una ciencia moderna que se inició en Reino Unido, su origen es muy anecdótico. Todo lo desencadenó un folleto que lo recibió una persona debajo de su puerta, que nada tenía que ver con la veterinaria o la agronomía, estaba más bien inclinada a las artes, Ruth Harrison su nombre. Fue en la década de los 60 y si bien ella no consumía carne, vio lo que decía ese folleto que lo había dejado una agrupación de protección de derechos de los animales, que trataba del trato dispensado, de las condiciones de crianza y engorde de animales en condiciones totalmente intensivas, como si fuesen fabricas de animales. A raíz de ese impacto que le ocasionó esa información, Ruth Harrison inició una investigación personal para corroborar si era cierto lo que aparecía en ese folleto. Su investigación fue de tal magnitud y tan importante que movilizó al gobierno de Reino Unido. Se formó un comité de académicos para que se hicieran cargo de esta situación y de lo descubierto por Ruth Harrison y se desencadenaron las cinco libertades mundiales normalmente conocidas que son la base del bienestar animal.
P: ¿Cuáles son las libertades?
A: Hoy se habla de “dominios” y no tanto de libertades, pero se asemejan mucho. Es libre de hambre, sed y mal nutrición, libres de incomodidades, libres de enfermedades, lesiones, libres para manifestar comportamientos propios de la especie y libres de desasosiego o angustia. El paradigma de hoy en día es el de los dominios, que se asemeja mucho con el de las libertades. Tiene en cuenta además las interacciones entre estas libertades, necesidades y los estados mentales de los animales. Se tiene en cuenta los sentimientos y las vivencias de los animales en los sistemas productivos. No solamente se mide en productividad como cuánta ganancia de peso tienen, la calidad de la carne, la cantidad de litros de leche, sino también los estados emocionales de los animales en los sistemas productivos.
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Ana Clara estudia el manejo de los bovinos y también estudia la aplicación de otras disciplinas como la Etología, el estudio del comportamiento de los animales, y la psicología del aprendizaje. Analiza cómo aplicar todos esos conocimientos y herramientas para las buenas prácticas de manejo. «Parece algo nuevo pero sin embargo, es redescubrir prácticas de antaño, en la literatura gauchesca local se dice explícitamente que hay tratar a los animales bien y que no hay que tratarlos con hostilidad. Esto hoy en día se ve con un fundamento científico», menciona.
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P: ¿Los animales sienten?
A: Totalmente. De hecho Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) los reconoce como seres sintientes. Estamos hablando de animales superiores que tienen un sistema nervioso complejo y que por ese motivo tienen un procesamiento de la información de otro nivel y que hace que sean sintientes.
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P: ¿Cómo se demuestra ese sentimiento de los animales?
A: Lo que sucede a nivel central, en el cerebro de los animales es como una caja negra, aún en los humanos es difícil de investigar los sentimientos. No hay manera de saber qué están pensando, cómo perciben su entorno, pero lo que sí hay son muchos indicadores comportamentales. Hoy en día para evaluar el nivel de bienestar, existe un rango desde muy pobre a muy bueno, entonces en ese rango, para saber cada animal en qué condiciones está, hay indicadores, como físicos, como químicos, análisis de sangre, análisis de orina, donde se evalúan diversas variables del cuerpo animal para ver en qué nivel de estrés está.
P: ¿Qué provoca estrés en los animales?
A: Hay diversos estímulos que pueden desencadenar estrés. Una cuestión clave es cómo el animal percibe su entorno. La respuesta de estrés se va a producir o no de acuerdo el proceso cognitivo que haga el animal de la información que le llegue del exterior. Por ejemplo, dos animales diversos expuestos al mismo estimulo, quizá uno se estresa y el otro no, esto depende del material genético del animal. Yo particularmente me he dedicado a estudiar el temperamento, es decir, la respuesta comportamental de los animales con respecto al hombre.
La Pampa tiene «muchas potencialidades para generar un producto muy buscado en el mundo. Pero falta refinar el tema de cómo trazar y certificar ese producto».
El estrés se puede disparar por ejemplo, si tenemos dos razas distintas de animales, una raza Angus y otra Brahman, hay un componente genético muy grande que hace que los Brahman tengan una reactividad mayor frente a la figura humana por una cuestión genética, que la raza Angus. Y si estamos frente a una raza sumamente dócil como la Angus, hay un montón de factores que pueden hacer que un grupo tenga mas reactividad ante el humano que otro grupo. Uno de esos factures es el sistema de crianza, los animales que son de sistemas pastoriles tienen poca interacción con el hombre, y por eso cuando tienen una reactividad más alta cuando son expuestos a la interacción con le hombre. También otro factor son las experiencias pasadas con el hombre, aquellos que hayan tenido una situación de maltrato con el hombre, van a asociar al hombre, otra figura humana que se le aparezca, con una situación desfavorable, porque tienen memoria perdurable.
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P: Más allá de la empatía con los animales y de su propio bienestar ¿En donde repercuten estas buenas prácticas en el interés humano?
A: A causa del estrés los animales pierden peso, se les deprime el sistema inmune y los vuelve susceptibles a las enfermedades o patógenos. Es una pérdida económica también el trato hostil a los animales.
El Bienestar Animal además de tratarse de una ciencia, es una cuestión ética. Hoy en día se está hablando de que aquellos animales en los que se puede certificar que han sido criados, engordados, que han sido tenidos en sistemas con altos estándares de bienestar animal, se está buscando una certificación de calidad ética. Lo están buscando muchos consumidores de primer mundo. En muchos casos en Argentina hay productores que lo hacen, pero en el mercado no se sabe que proviene de un sistema de bienestar animal, entonces se vende en el mercado como un producto más. Hay iniciativas con el Ministerio de Producción de La Pampa de generar carne del caldenar, con bienestar animal y sustentable. En la provincia los sistemas que tenemos son extensivos, tienen bosque de caldén, árboles aislados que les permiten a los animales refugiarse de las lluvias y los vientos y sol, con características importantes del medio de la provincia. Tenemos muchas potencialidades para generar un producto muy buscado en el mundo. Pero falta refinar el tema de cómo trazar y certificar ese producto.
P: ¿Qué se debería hacer en Argentina para implementar el bienestar animal?
A: No hay nada nuevo que inventar. En lugar de buscar cosas nuevas, tendríamos que tomar los modelos de otros lugares e implementarlos y asimilarlo a nuestras condiciones de producción y agroclimáticas. En Argentina se están abriendo jaulas de gallinas ponedoras y en Europa se las están prohibiendo. Estamos atrasados con este tema y diría que estamos hasta en contra de la tendencia mundial. En Argentina muchas de las iniciativas parten de productores aislados y eso genera un efecto contagio, en donde otros se van sumando y ven las ventajas de generar otro tipo de producto. Eso me parece grandioso. Pero al no tener un certificado no se sabe qué producto fue generado bajo el sistema de bienestar animal.
P: ¿ Que se implemente el Bienestar Animal significa generar ganadería ecológica?
A: Hoy en día hablamos de carne ecológica o leche ecológica o carne orgánica. Tiene que ver con las condiciones de cria y engorde de los animales, en donde no se utilizan agroquímicos y en donde también se cuida mucho el suelo como un ser vivo. Es un sistema integral porque el foco no está puesto solo en el animal, sino que también se incluye el suelo y la planta. Se tiene en cuenta las emisiones de carbono y otros gases perjudiciales para la atmosfera. Pero básicamente se trata de erradicar el uso de agroquímicos, recurrir alternativas naturales de control de plagas, y ver el sistema en su conjunto.
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