Hoy es Feriado Nacional en Argentina, uno de los llamados «feriado puente» en conmemoración del Día de la Soberanía Nacional que se celebra el día 20 de noviembre.
La fecha fue instaurada mediante la Ley 20.770 en 1974, a pedido del historiador José María de Rosa, para recordar la batalla de la Vuelta de Obligado que tuvo lugar ése día, en el año 1845. En el año 2010 fue declarado feriado nacional
Hagamos un poco de historia…
En el año 1845, nuestro país no tenía un gobierno central establecido, pero sí tenía un poderoso gobernador de la provincia de Buenos Aires que era el responsable de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina: Juan Manuel de Rosas.
Había logrado subir al poder luego del descontento que generó el fusilamiento de Manuel Dorrego en manos del conservador unitario Juan Lavalle, en 1828. Juan Manuel de Rosas era federal y aparecía como principal opositor a este último, ya que se había ganado el poder popular y como era un hacendado ganadero, también contaba con el apoyo de las clases más acomodadas.
El país se encontraba desorganizado, desde 1820, período que se conoce cómo el de las autonomías provinciales, las provincias no podían ponerse de acuerdo en cómo organizar el país. Buenos Aires buscaba un gobierno central que maneje los beneficios de la aduana y representaba a los unitarios y las provincias buscaban mantener su autonomía cediendo sólo un poco de poder al gobierno central, los federales. Es por eso que se necesitaba un hombre fuerte y decidido dispuesto a enfrentar semejante desafío.
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Tuvo un primer gobierno en 1829, en el cual le concedieron facultades extraordinarias, ya que él consideraba que en este contexto de división territorial y de clases, era la única manera de poder seguir en el poder.
Cuando termina su mandato en 1832 es reelecto pero se decide a no continuar en el poder, buscaba hacerse imprescindible y que se den cuenta de que lo necesitaban.
En ese breve interregno, a fines del año 1833, y principios del año 1834, realizó una campaña del desierto en la cual anexó varios kilómetros de territorio que, a diferencia de su sucesor en campañas contra los pueblos originarios Julio Argentino Roca, hizo pactos con dichos pueblos e incluso los vacunó contra la viruela, lo que por supuesto de ninguna manera justifica dicho accionar.
Esta campaña fue bien recibida por la oligarquía ganadera ya que se anexaban territorios para su actividad, favoreciendo de esta manera su campaña política.
Fue así que inmerso en un entorno político convulsionado vuelve a asumir la gobernación de Buenos Aires en 1835, esta vez también con la suma del poder público, lo que quiere decir que concentraba los tres poderes del estado en su persona, por más que seguían estando las instituciones.
En este segundo gobierno que duró hasta que fue derrotado por Justo José de Urquiza en la Batalla de Caseros en 1852, estuvo signado por su autoritarismo y una persecución política y censura de opositores importante, pero no por eso dejo de realizar reformas interesantes como la Ley de Aduanas en 1835, que beneficiaba a las economías del interior, ya que representaba una ley proteccionista de los productos de origen nacional.
Pero esta ley, entre otras causales, generaba descontento a las potencias imperialistas que querían el libre comercio en nuestro país y que por lo tanto querían abolir los aranceles a la venta de sus productos.
Además de molestarles esta situación se produjo un antecedente de la efeméride que se conmemora en el día de la fecha, en el año 1838. El gobierno de Francia había realizado un bloqueo al puerto de Buenos Aires en protesta a la obligación de realizar el servicio militar por parte de los franceses que vivían en Buenos Aires. Este bloqueo llegó a su fin en 1840, luego de varias negociaciones en las cuales intervino el libertador de América José de San Martín.
La Batalla de la Vuelta de Obligado, tuvo lugar un día como hoy en 1845. La escuadra anglo-francesa, eternos enemigos entre ellos pero unidos casualmente en este día por los mismos intereses, quería navegar los ríos interiores de la confederación, para comercializar libremente sus productos.
El 20 de noviembre de 1845, realizan un bloqueo al puerto de Buenos Aires y empiezan a subir por el Río Paraná con el argumento de garantizar la libre navegación de los ríos internos y el libre comercio.
La Vuelta de Obligado es un recodo del Río Paraná, ubicado en el distrito de San Pedro, Provincia de Buenos Aires, allí donde el río se hace más angosto, lugar que aprovecho el general Lucio N. Mansilla, padre de Lucio V. Mansilla y cuñado de Rosas, para poner en práctica su estrategia.
Esta consistía precisamente en encontrar el lugar más angosto del Río para allí colocar gruesas cadenas a ambas costas atadas a botes llenos de explosivos. Por otra parte había dispuesto en la costa argentina cañones y milicias especialmente compuestas por gauchos.
La desventaja numérica era decisiva, pero defendieron la posición de manera heróica y en la batalla, que se resolvió ese mismo día, el general Lucio N. Mansilla fue gravemente herido.
En su arenga previa a la batalla en históricas palabras decía:
«¡Vedlos, camaradas, allí los tenéis! Considerad el tamaño del insulto que vienen haciendo a la soberanía de nuestra Patria, al navegar las aguas de un río que corre por el territorio de nuestra República, sin más título que la fuerza con que se creen poderosos. ¡Pero se engañan esos miserables, aquí no lo serán! Tremole el pabellón azul y blanco y muramos todos antes que verlo bajar de donde flamea» Lucio Mansilla
Gracias a la superioridad armamentística y numérica de su ejército, los aliados franceses e ingleses, lograron atravesar el bloqueo, pero allí se encontraron con un pueblo argentino que no estaba dispuesto a comprar sus productos, por lo tanto su victoria se dio sólo en las armas ya que no cumplieron sus objetivos de poder introducir sus mercaderías en nuestro país de manera libre.
El conflicto se resolvió por la vía diplomática a través del Tratado de Arana-Southern de 1847, en el cual tuvieron que acatar las condiciones de la Confederación.
La Batalla de la Vuelta de Obligado fue una derrota en armas, pero una victoria de soberanía nacional. Se demostró que, por más que nos faltaba un camino por recorrer para lograr un país organizado bajo una Constitución Nacional, el pueblo argentino no estaba dispuesto a ceder a gobiernos extranjeros el control sobre nuestras decisiones y por lo tanto de nuestra soberanía.
Esta fecha es recordada como una de las pocas ocasiones en que un país latinoamericano fue capaz de rechazar el intervencionismo europeo en su política interna.
Marianela Evangelista es contadora pública, docente, fanática y estudiante de Historia.
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