El laboratorio Richmond de la Argentina firmó un memorándum de entendimiento con la Sociedad Gestora del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), para producir la vacuna Sputnik V contra el coronavirus en el país.
“Es un proceso de un año, por lo menos, con lo cual no es para crear expectativas ahora sino el día de mañana no caer de nuevo en esperar a que lleguen vacunas de afuera y tener una producción local”, aclaró Marcelo Figueiras, director del laboratorio, en una entrevista en Radio Mitre.
En el desarrollo de la vacuna rusa en la Argentina participará Hetero Labs Limited, un laboratorio de India con el que Richmond mantiene una alianza estratégica desde hace más de 25 años.
El laboratorio Richmond tiene una planta de producción en el municipio bonaerense de Pilar y lanzó recientemente un plan de inversión de 80 millones de dólares proyectado para los próximos cinco años.
Para la producción de la Sputnik V en la Argentina, Richmond construirá una nueva planta en Pilar, lo que le demandará alrededor de un año.
Para financiar el acuerdo y la construcción de una nueva planta, Figueiras explicó que se trata de «un mix de capital propio y socios locales que están dispuestos a apostar por esta gran causa, es un proyecto muy caro entre 60 y 90 millones de dólares” y que «no hay dinero estatal» afirmó Richmond.
El acuerdo fue suscripto en Moscú por Tagir Sitdekov, en representación RDIF, y Marcelo Figueiras, presidente de Richmond, según una nota de la empresa local.
La Argentina viene recibiendo partidas de la vacuna de origen ruso Sputnik V, que fue desarrollada por el Instituto Gamaleya, tras un acuerdo entre ambos gobiernos, y comenzó a aplicarla a trabajadores de la salud a fines de diciembre pasado.
A inicios de febrero, Kirill Dmitriev, director general del RDIF, había afirmado en una rueda de prensa virtual que «la Argentina puede producir la vacuna Sputnik V».
En ese marco, también había señalado que iban a «prever la producción» en el país al incluir «contratos con algunos productores».
Con información de Agencia Télam.