El sábado 9 a partir de las 20.30 horas, diversos colectivos culturales y artísticos de la escena local celebran en el Club Sarmiento (Raúl B. Díaz 640), el Festival «Cultura a toda Marcha». Se presentarán numerosas bandas locales, reconocidos artistas y habrá feria de productos y emprendedores locales.
Un faro de arte y resistencia cultural
En el corazón de Santa Rosa, la Cooperativa de Trabajo Cultural Barba de Chiva es un ejemplo de perseverancia, solidaridad y amor por el arte y la cultura pampeana. Por lo tanto, desde #LPN conversamos con Rosana Carreño, presidenta de la cooperativa.
Rosana abre la puerta y llega a Cheje Casa Cultural apurada, siempre apurada. Sonríe. Prepara mate, riega las plantitas, abre las ventanas, pasa un trapo en una mesa, después lo pasa en la otra, reparte sillas, vuelve a la cocina, sale al patio, vuelve y hace, hace y hace hasta que se sienta y empieza a hablar.
Está sentada en el borde de la silla como si no pudiera terminar de ponerse cómoda, como si en cualquier momento tuviera que dar un saltito y seguir. ¿Seguir con qué? Con lo que sea. Habla sin pausa, rápido, frena para tomar un mate, sonríe y vuelve a hablar.
“Esta fiesta es para festejar, para encontrarnos todos los que hacemos esta cooperativa al menos una vez al año. La cooperativa es muy grande, es como un pulpo y cada brazo tiene un montón de integrantes y de personas que la hacen. Creemos que estas movidas se hacen colectiva y solidariamente”.
Barba de Chiva es mucho más que una simple cooperativa: son las personas que la integran, el empuje de todos, los diversos colectivos artísticos: la Escuela Integral de Tambores, Cheje, el taller de cerámicas Barreales, La Caracola, Orquesta Escuela de Tango «La Faito”, Levantando Polvareda, Kumbia Kuatica, taller de danza afro, son algunos de los grupos que la conforman, cada uno con su propia identidad y años de trayectoria.
“En Santa Rosa, nosotros somos los únicos que sostenemos espacios de formación, trabajamos a nivel educativo y sostenemos producciones artísticas: podemos ofrecer servicio en la escuela de tambores, podemos hacer conciertos didácticos, talleres en las escuelas”.
Rosana toma otro mate y dice que siempre estuvo metida en esos quilombos. Está convencida de que son necesarios, esa es su manera de militar y de aportar desde la cultura para transformar las cosas que ocurren en la sociedad.
“Transformar la sociedad sería demasiado grande, pero estoy convencida de que la cultura, de que el arte especialmente, transforma a la sociedad y que la cultura tiene que ser cuidada, enriquecida, ampliada, dar otros marcos, otras discusiones”.
Quizás por eso sabe que es necesario salir a bailar, bailar con muchas ganas, encontrarse, abrazarse con fuerza y regalar un poco de esperanza. Este festival no solo es una celebración, es un acto de rebeldía.
“La idea es festejar y encontrarnos. En este momento tan importante hay que mostrar que entre todos podemos resistir”.
El deseo de Rosana es que todos vayan a pasar un gran momento, que la cooperativa siga creciendo y que nuevas generaciones se sumen y acompañen estas experiencias. Insiste en que el trabajo de la cooperativa, de las bandas, de Barreales, de Cheje, es un trabajo de todos. Construir arte, hacer cultura, es un acto colectivo, es un acto de amor.
Por eso, el festival del próximo sábado es una oportunidad para celebrar la historia de la cooperativa, disfrutar del talento de sus artistas y ser parte de una comunidad que construye un futuro más brillante a través de la cultura.
Unos chicos buscan a Rosana, ella se levanta y los lleva de una punta de Cheje a otra. Es igual que una locomotora, empuja con mucha fuerza, convoca y lleva a toda marcha.
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