Ni el más ambicioso guionista podría haber escrito un desenlace tan épico y glorioso, como dramático y sufrido para la historia de la Selección Argentina en este Mundial de Qatar 2022. En menos de un mes, la «Scaloneta» pasó del cachetazo contra Arabia Saudita en el debut, a levantar la Copa del Mundo en la final de todos los tiempos, que debía definirse de la manera más infartante posible para solo hacer aún más memorable la conquista de la tercera estrella tan soñada.
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El camino hacia consagración del combinado capitaneado por Lionel Messi dejó en cada paso numerosas aristas por analizar, con puntos de inflexión que podrían haber significado el fin de la fantasía mundialista, pero que sin embargo terminaron volcándose para el lado albiceleste una y otra vez hasta alcanzar el destino paradisíaco que hoy el país entero celebra.
En medio del frustrado avance del micro del seleccionado nacional, que debió ser evacuado en helicópteros hacia Ezeiza ante la irrupción de cinco millones de argentinos que se aglomeraron en las autopistas para vitorear a los héroes futbolísticos, en #LPN te invitamos a repasar el sendero del equipo campeón mundial.

El tropezón que pudo haber sido caída: Argentina llegó al primer partido de Qatar 2022 de manera inmejorable, con el «maracanazo» ante Brasil y la obtención de la Copa América 2021, que a su vez le permitió ganar el título de la «Finalissima» con goleada incluida ante Italia en Wembley, y con un invicto de 36 encuentros sin conocer la derrota.
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Toda esa sensación de imbatibilidad quedó hecha añicos con la derrota ante Arabia Saudita por 2 a 1 que sorprendió a propios y extraños, pero que no obstante no fue un golpe de nocaut sino uno para despertar y poner los pies sobre la tierra: «Mejor no se podía venir, es la realidad. Pasó así, en el peor de los momentos. No queda otra que levantarse, seguir cabeza arriba y ganar los dos partidos«, fueron las palabras de Scaloni tras aquel accidentado primer capítulo.
Y fue así: luego de un primer tiempo con apenas emociones y donde no se jugó bien ante México, Argentina volvió a recobrar la impronta previa al Mundial y como contra los sauditas, Messi volvió a abrir el marcador con un gol que significó el desahogo total para hinchas, jugadores y cuerpo técnico, reflejado en las lágrimas de Pablo Aimar. Con el segundo tanto la emoción llegó para el mismísimo Scaloni, espectador de un verdadero golón de Enzo Fernández, premio al Mejor Jugador Jóven del Mundial Qatar 2022.
Este segundo episodio junto con el siguiente ante Polonia pueden ser tranquilamente los más importantes para la construcción de un equipo titular definitivo, que salvo por alguna molestia física y un cambio táctico para enfrentar a Países Bajos, apenas sufrió variantes hasta la final. Ante el «Tri«, surgió la aparición de Alexis Mac Allister como la solución perfecta al vacío en la mitad de la cancha provocado por la ausencia de Giovani Lo Celso por lesión.

El pampeano que pasó a la historia por ser el primer nacido en La Pampa en jugar un Mundial, saltó al campo de juego desde el inicio y desde ese momento hasta los últimos segundos con Francia, le aportó al equipo la tenencia, la circulación y la claridad en tres cuartos de cancha que le faltaba.
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Sin dudas fue un gran acierto del cuerpo técnico, como también lo fue el ingreso de Enzo Fernández en el complemento como volante central, que además de aportar el segundo gol, le sumó dinámica a la transición de defensa y ataque, con visión de juego, pases punzantes y remates lejanos.
La versión completa y mejorada de la «Scaloneta» quedaría constituída frente a los polacos, con el surgimiento de Julián Álvarez como el nueve goleador que creció en las primeras dos presentaciones. Tras la firma del santarroseño en el 1 a 0 para agrandar su hazaña en Qatar, convirtió un golazo ante el siempre difícil arquero Wojciech Szczęsny para colocar el 2 a 0 final. Argentina estaba más fuerte que nunca y, luego de empezar última, culminó como líder del Grupo C.

Luego vino Australia por octavos de final, donde Messi volvió a anotar de penal y otra vez Julián estiró la ventaja, solo que sobre cierre los oceánicos mostrarían mayor oposición que los europeos y tras el descuento quedaron a tiro del empate. Aquí es cuando surge la gigante figura de Emiliano Martínez, que a los 96 minutos contuvo el remate del joven Garang Kuol de tan solo 18 años que podría haber sido la igualdad y posterior alargue.
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El «Dibu» sumó mayor protagonismo aún por los cuartos de final ante Países Bajos, partido muy caliente en la previa por los dichos con un tinte de soberbia por parte del entrenador neerlandés Louis Van Gaal: «En la semifinal que jugamos contra Argentina en el 2014 no tocó una pelota y perdimos en los penales. Ahora queremos nuestra revancha», declaró el técnico para luego agregar: «Si vamos a penales, tenemos ventaja».
La furia argentina se hizo presente en el Lusail Stadium y los europeos no se echaron atrás: fue un partido picante, con empujones, insultos, burlas y dedicatorias irónicas de un lado y del otro que terminó 2 a 2 en los 120 minutos reglamentarios (Messi y Nahuel Molina para Argentina y Wout Whegorst por duplicado para Países Bajos). Sin embargo, los tiros desde los doce pasos no resultaron como lo esperaba Van Gaal.
Su gran piedra en el zapato fue nada más y nada menos que el «Dibu», héroe en la tanda de penales contra Colombia en la Copa América 2021, que volvió a demostrar todo su repertorio para manipular psicológicamente a los pateadores rivales para contener dos remates y meter a la celeste y blanca en las semifinales. Atrás quedó el «Topo Gigio» de Messi al banco neerlandés y su icónica frase «andá para allá, bobo» para Weghorst tras la victoria.

Aunque suena chocante decirlo, el partido contra Croacia por un lugar en la final fue un trámite para los comandados por Scaloni que no le dieron chances a los subcampeones de Rusia 2018 y se tomaron la revancha de la goleada sufrida en aquel Mundial por 3 a 0. En esta oportunidad, la paliza fue argentina y los protagonistas fueron Messi y Julián Álvarez en dos oportunidades, quien junto a Gonzalo Higuaín (Sudáfrica 2010) se convirtió en el jugador albiceleste más joven en convertir cuatro tantos en una cita ecuménica.
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Y como no podía ser de otra manera, tras superar al segundo del Mundial anterior la Argentina se tuvo que enfrentar al vigente campeón, que con un plantel repleto de estrellas tiene entre sus filas a quienes muchos ya afirman ser el mejor futbolista del planeta: Kyllian Mbappé.
La final fue una auténtica obra de dramatismo de principio a fin, con una primera parte donde Argentina dominó el juego y el marcador con claridad y se fue al descanso con dos goles de ventaja, anotados por el capitán y por Ángel Di María. En el segundo, el asistente fue el pampeano Mac Allister, que tras una corrida tremenda donde parecía detenerse el tiempo, le cedió el balón de primera al «Fideo» para que defina cruzado ante la salida de Hugo Lloris.
La segunda parte fue más pareja y aunque los de Scaloni tuvieron chances de agrandar la diferencia, los que respondieron fueron los galos y con su «ancho de espadas»: Mbappé anotó los dos goles del empate para mandar el encuentro al tiempo suplementario. Lo que era una fiesta se transformó de pronto en incertidumbre. El marcador volvía a estar como al inicio, pero esta vez era Francia la que parecía estar mejor parada.
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Lo que muchos pensaron que era el tanto que nos daría la Copa del Mundo, solo sería otra emoción más en una final de las más memorable de todas. Tras un contraataque a puro toque, Messi convertía su segundo gol en el partido y parecía ser el golpe definitivo. Sin embargo, otro penal a favor de los comandados por Didier Deschamps, que Mbappé se encargó de cambiar por gol, sentenció el 3 a 3.
Con el tiempo cumplido, a los 123 minutos de juego, Randal Kolo Muani se fue mano a mano hacía el arco y los corazones argentinos se paralizaron por un segundo. Por fortuna para los albicelestes, en el arco volvió a aparecer el «superhéroe» de los niños y niñas: el «Dibu» Martínez estiró su pierna izquierda y realizó la que tal vez sea la atajada más trascendente de las copas mundiales, ya que evitó la caída del arco nacional y lo que era una clara victoria francesa.

Ya en la tanda de penales sus artimañas lo hicieron de nuevo, y tras contener dos penales a Kingsley Coman y Aurélien Tchouaméni, Gonzalo Montiel con total calma la acomodó pegada al poste izquierdo y colocó el 4 a 2 que le dio la tercera Copa Mundial a la Argentina en su historia.
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Largos 36 años pasaron desde la estrella de México 86’ y mucho más desde Argentina 78’, con César Luis Menotti y Carlos Bilardo como los padres de dos corrientes futbolísticas que partieron al deporte nacional por mucho tiempo. Hoy se suma Lionel Scaloni a esa mesa privilegiada con su tan coreada «Scaloneta», bastardeada en el principio y aclamada en el final.
Lionel Messi, resiliente, luchador incansable, ejemplo de perseverancia, consiguió lo que por tantos años persiguió con obsesión y que Mario Kempes y Diego Armando Maradona habían obtenido en el pasado: la famosa dorada, ahora está en las manos del diez, «el heredero», el «Messías«, que quedará inmortalizado como la gran leyenda del fútbol mundial.
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