Pedro Pisandelli es un nombre conocido en la provincia. No solo tiene una trayectoria deportiva en el automovilismo, sino que después también incursionó en la política. Durante la gestión de Mauricio Macri se desempeñó como funcionario y más tarde se quiso postular como intendente en Toay, pero no pudo superar las internas del partido.
Leé también Juan Manuel Losarcos: de La Pampa a otro planeta
“Cuando dejé de correr y pasé a la política no fue nada fácil. Los que me querían e hinchaban por mí cuando era deportista, pasaron a no querer al político. Claramente porque no estaba en el partido político que ellos querían y eso fue duro porque perdí amigos, pero entendí que si no entraba a ese mundo no iba a poder ver realmente la realidad de lo que había pasado en años anteriores. Quería encontrar respuestas a muchas dudas que tenía en cuanto a lo político”.Pedro Pisandelli
En ese contexto, Pedro con Sabrina, su compañera de vida, y sus hijos, decidieron que era un buen momento para probar suerte en otros lugares, probar otros rumbos. Se le ocurrió irse a España, al principio pensaron en Madrid porque ahí había algunos familiares, pero no querían mezclar las cosas ni comprometer a nadie. Sobre todo porque se iban con una mano atrás y la otra adelante. Por eso, al final eligieron Barcelona.
El cambio no fue nada fácil, Pedro podría haberse quedado trabajando en política o volver a correr en autos, pero cuando estaba terminando el 2018: “Sabrina me pidió que la acompañara, ella estaba un poco cansada de los viajes de cuando corría y eso hacía que yo estuviera poco en casa, también estaba cansada de las amarguras de la política y de la exposición pública. Eso duró 14 años y ella los aguantó. Me dijo que si perdía de nuevo una elección personal, quería probar vivir en otro lugar. Finalmente perdí la elección y decidimos irnos a España”, comenta Pedro.
Cuando llegaron a Pedro le tocó ocupar el rol de padre y a su esposa, trabajar, ya que era la que tenía los papeles para hacerlo. “Eso me ayudó mucho a reencontrarme con mis hijos, desde levantarlos, cambiarlos, hasta llevarlos a la escuela y cocinarles. Todo un desafío personal que me gustó mucho y también empecé a valorar el trabajo que siempre hacen las madres y que nunca se reconoce, todo una odisea. La verdad es que me saco el sombrero por lo que hacen ellas”.
Leé también De La Pampa a Australia, transmitiendo el mundo en radio streaming
“Después de ser empresario y deportista, pasé a político y después de nuevo a empresario, pero esta vez en la Gastronomía o la Hostelería, como se dice acá. Teníamos experiencia cero, pero siempre el sueño que teníamos con mi mujer de que algún día pudiéramos tener un Café. Fue así que en plena pandemia encontramos un traspaso de un bar y después de mucha negociación llegamos a comprarlo con la ayuda de un Banco de acá. Fue así que arrancamos”.Pedro Pisandelli
En la pandemia, mientras pintábamos y acomodábamos el local vieron que nadie podía abrir. El sueño del café se les alejaba. Pero un deportista bien sabe que no puede rendirse, que esa no es una opción. Así fue que se les ocurrió sumar una panadería al proyecto. Allá la panadería es algo indispensable y eso les iba a permitir poder abrir todos los días mientras que el resto de los bares y restaurantes estaban cerrados.
“Nos dieron la licencia y arrancamos con Family Bakery, con eso sumamos el café, las tartas, las empanadas y pasamos a tener cola de 40 personas que venían a comprar el pan y aprovechaban a salir de sus casas. Eso nos benefició mucho. A raíz de eso fuimos aprendiendo a elaborar productos como el pan, bollería y demás cosas que antes no sabíamos, mi mujer tenía conocimiento, pero de manera casera y llevar a eso a un local era todo un desafío, que fuimos haciendo poco a poco”.Pedro Pisandelli
Leé también Pampa Studio: un «wellness center» pampeano en Barcelona
Pedro cuenta que lo que más se vende es el café y que tienen toda una especialidad que le gusta mucho a la gente. En cuanto a lo que es comida venden mucho Lemon Pie, empanadas, medialunas, bollería tradicional de allá y tortas elaboradas artesanalmente.
En cuanto al negocio, Family Bakery se convirtió en una franquicia, ya hay abiertos cuatro locales y se realizarán tres próximas aperturas antes de fin de año. Para el 2024 tienen planificado abrir nueve locales más, todos en Barcelona. “En total van a ser 16 locales. También estamos por inaugurar un obrador de 480 metros cuadrados para poder abastecer a todos los locales, contamos ya con 30 empleados y estimamos tener unos 80 para fines del año que viene. Sin dudas todo un nuevo desafío”.
“Realmente nos adaptamos rápido, si bien acá se maneja el catalán, siempre nos respetaron el habla en español y eso también hizo que fuera más fácil. Lo único duro fue la pandemia, pero supimos pasarla en familia. El resto es una experiencia diaria sobre cómo ir resolviendo cada situación que se nos plantea”.Pedro Pisandelli
Leé también Néctar del Monte, la miel del caldenar pampeano
“Lo que más extraño de La Pampa es el campo, mi familia y mis amigos. Son cosas en las que no dejo de pensar, estoy al tanto de todo y no desconecto en ningún momento, sufro la situación actual y sueño con algún día ver la mejora que haga que no se tengan que ir más nadie del país”.Pedro Pisandelli
Pampeanos en el mundo es una sección que se propone contar historias, motivos y sentimientos de pampeanos que eligieron otro lugar de destino para vivir. Si querés compartir tu experiencia podés escribir a redaccion@lapampanoticias.com.ar.
*****
Este contenido es posible gracias al apoyo de nuestros lectores y auspiciantes. Compartí esta nota, opiná, y publicitá en nuestra web, para promover un periodismo distinto en la región: Contacto y Publicidad