En una entrevista grupal con #LPN, integrantes del programa «Nada sobre nosotrxs sin nosotrxs» compartieron su experiencia en la búsqueda de una verdadera inclusión para las personas con discapacidad. La concientización como herramienta clave.
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Imaginemos qué pasaría si un día nos vendaran los ojos y nos hicieran trabajar como lo hacemos diariamente o si tuviéramos que movilizarnos en silla en todas nuestras actividades, ¿con qué nos encontraríamos? ¿qué tan difícil se nos haría? Posiblemente nos encontraríamos con diversas barreras que afectarían nuestra comunicación, orientación, acceso a información, uso de tecnología y seguridad.
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Precisamente, a esto se enfrentan diariamente las personas con discapacidad. Con el fin de generar conciencia sobre estos desafíos, existe un programa llamado «Nada sobre nosotrxs sin nosotrxs», que es tanto un reconocido lema internacional como una iniciativa del Ministerio de Educación provincial, a través de la Dirección General de Transversalidad de la Educación Inclusiva.
Este programa tiene como objetivo educar y concientizar sobre la diversidad y la importancia de brindar igualdad de oportunidades a las personas con discapacidad en todos los ámbitos, incluyendo el sector privado.
En sus actividades abordan temas como el acceso a la educación, el empleo y la adaptación de espacios físicos para generar un cambio real. Sobre esto hablamos con Guadalupe, Hugo, Belén y Emanuel, integrantes del programa.
Guadalupe Vega (38) se define como una persona independiente y autónoma. Para mantenerse brinda clases particulares, a pesar de las barreras que enfrentó al intentar estudiar magisterio estando en silla de ruedas. Las barreras arquitectónicas y los prejuicios ideológicos la llevaron a explorar otras áreas laborales, como estética y salud, pero nunca dejó de soñar con ser docente.
“Quise estudiar magisterio, pero hace 20 años atrás tal vez yo no estaba preparada para poder defenderme de situaciones que viví, donde me pusieron un montón de barreras. Además de que en ese momento no había rampas y las clases se daban en un segundo piso, me decían cosas: “¿vos cómo vas a ser maestra? Muchas barreras ideológicas producto del desconocimiento, esto de decir:”¿Qué pasa si el chico se le cae? No lo va a poder levantar si está en silla de ruedas”.
Guadalupe
Sobre su situación laboral actual destaca:
“No tengo trabajo fijo, me mantengo, vivo sola y pago el alquiler a través de una pensión y clases particulares a niños escolares. Tengo la problemática de que el año que viene se me hará imposible sustentarme de esta manera, sabemos cómo es la situación del país y que van a aumentar todas las cosas y el alquiler. Esto me va a quitar lamentablemente la autonomía que tengo“.
Guadalupe
Hugo Bogarin (36) tiene una discapacidad adquirida hace 22 años en un grave accidente que lo dejó cuadripléjico a los 14 años.
“Fueron cuatro años duros los posteriores al accidente, no quería salir, no podía hacer nada hasta que me decidí, retomé secundario, lo terminé, luego estudié abogacía, si bien no la terminé, siempre estoy ahí presente. Lo que más me motiva a terminar la carrera un día es poder ejercer mi propia profesión, lo que quiero es trabajar yo mismo”
Hugo
Hoy en día, Hugo se encuentra desempleado, pero con una firme determinación por ser parte activa de la sociedad y sentirse “útil en la vida”. Aunque vive con el apoyo de su pensión y junto a sus padres, emprendió un pequeño negocio en su casa, un taller de chapa y pintura, donde emplea a su padre. Su anhelo más profundo es trabajar por sí mismo y ser independiente económicamente.
A pesar de su discapacidad que afecta casi la totalidad de su cuerpo, con excepción del cuello hacia arriba, Hugo es consciente de las posibilidades que brindan los llamados sistemas de apoyo. Estos incluyen adaptaciones tecnológicas que permiten manejar una computadora o cualquier otro dispositivo para trabajar en diversos lugares, como una recepción o cualquier otro puesto que requiera el uso de una computadora.
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Con miras hacia el futuro, Hugo anhela tener una oportunidad laboral que le permita ejercer su profesión y demostrar su capacidad y valía a pesar de su discapacidad.

El cupo laboral no se cumple
A pesar de la existencia de la Ley 22.431 en Argentina, que establece un cupo laboral para personas con discapacidad en el Estado del 4%, los informes indican que el cumplimiento de este cupo es insuficiente. Según un informe de la CGT y su secretaría de Igualdad de Oportunidades, realizado en febrero de este año, solo se registra un 0,61% del personal con alguna discapacidad en las plantas permanentes estatales
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Esto se debe a diversos factores. Por un lado, las barreras en el acceso a la educación juegan un papel importante en la falta de oportunidades laborales. La educación inclusiva y el acceso a una formación adecuada son fundamentales para preparar a las personas con discapacidad y brindarles las herramientas necesarias para acceder al empleo.
Por otro lado, desde el sector empresarial se evidencia la falta de capacitación y la presencia de prejuicios y mitos en relación a la productividad de las personas con discapacidad. Estos estereotipos limitan las oportunidades de empleo y perpetúan la discriminación en el ámbito laboral.
“No te dan la oportunidad de tomarte una entrevista, de conocerte. Ni la discapacidad ni la sociedad me definen, yo me defino, que es lo que soy, cómo soy, entonces dame la oportunidad de hacerme una entrevista, de evaluar si tengo capacidad para hacer este trabajo o no. Siempre que mandamos un cv de la cara, piensan “ay, qué lindo”, ahora, cuando te ven que llegas con la silla de ruedas ya es otra cosa, ya tienen otra mirada.
Guadalupe
Brenda Rosane (27) trabaja en la Dirección General de Transversalidad de la Educación Inclusiva. Tiene una discapacidad visual, pero vive de forma independiente en una casa detrás de la de sus padres y practica actividades como tenis, fútbol y canto.
En su trabajo se desempeña en la parte de despacho, llevando a cabo tareas como redacción de notas, providencias y envío de correos electrónicos, entre otras. Utiliza una computadora de escritorio que cuenta con un lector de pantalla llamado NBDA. Este software especial le permite escuchar todo lo que escribe en el teclado, lo que le permite interactuar con la computadora de manera eficiente y sin barreras.
Su historia es un ejemplo de cómo las tecnologías de asistencia y la inclusión laboral pueden permitir que las personas con discapacidad desarrollen su potencial y contribuyan activamente en el ámbito profesional.
La sociedad pone barreras, no la discapacidad
En sus charlas y talleres, que van más allá de lo teórico, el grupo ofrece experiencias «vivenciales» que permiten a los asistentes ponerse en su lugar.
A través de juegos y actividades prácticas, como intentar cebar un mate sin ver o subir a un ascensor en silla de ruedas, buscan generar empatía y concientizar sobre las dificultades y barreras que enfrentan diariamente las personas con discapacidad.
Emanuel Frede (36), encontró su camino hacia este grupo a través del deporte. Actualmente, se encuentra desempleado, pero su participación le brindó la oportunidad de compartir su voz y experiencia para visibilizar su vida cotidiana.
Muchas veces hablamos de barreras y lo primero que uno piensa es la barrera física. Pero hemos visto que las barreras muchas veces han sido ideológicas o actitudinales, y las pone la gente. Por ahí por su misma ignorancia. Después de vivir una experiencia como la que ofrecemos de ponerse en nuestro lugar, la gente se iba con otra imagen de nosotros. Veían que subiéndose a una silla o tapándose los ojos, éramos iguales.
Emanuel
Y agrega: «La sociedad te pone barreras, no la discapacidad. La sociedad misma te limita. Porque a mi, ciego, dame un teléfono que habla y lo manejo igual que vos».
La discapacidad no te da un ejemplo
«División Palermo«, la popular serie de Netflix estrenada este año, tuvo el mérito de poner en debate aspectos vinculados a la vivencia de las personas con discapacidad, como la condescendencia y la infantilización con la que son tratados. Sin embargo, no está todo dicho.
División Palermo está bien, pero la chica de en silla de ruedas era una actriz que hizo de chica con discapacidad. ¿Por qué no vemos comerciales, publicidades con personas con discapacidad? ¿Por qué no vemos en los supermercados, personas trabajando con discapacidad? En distintas áreas. Pertenecemos a la sociedad, no somos la exclusión. Podemos hacer a través de nuestras posibilidades, de nuestros apoyos, un montón de cosas.
Guadalupe

Para Romina Iglesias, una de las profesoras del grupo, “La discapacidad no te da un ejemplo”.
Hay una serie de Netflix sobre deportistas con discapacidad, pero es tipo: “Si ellos pueden correr vos por qué no?» Siempre generando lástima, diciendo que son ejemplo de vida. Cualquier deportista de alto rendimiento hace un esfuerzo muy grande, con o sin discapacidad.
Romina
“Yo no soy una superhéroe o heroína, como te dicen. ¿Qué ejemplo de vida? No soy ejemplo de vida por vivir sola o por no querer ser madre, por todo lo que eso implica”.
Guadalupe
Accesibilidad en los espacios
Acceder a espacios públicos también representa un desafío. La Plaza San Martín de Santa Rosa, por ejemplo, es un desafío casi insuperable para las personas con discapacidad debido a las barreras que presenta, como la ausencia de rampas adecuadas para aquellos que se desplazan en silla de ruedas o con dificultades motoras.
Asimismo, la falta de señalización adecuada para personas con discapacidad visual agrava la situación. La inexistencia de indicaciones táctiles en el piso, por ejemplo, impide que las personas ciegas puedan orientarse y desplazarse de manera segura y autónoma en el área.
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En las facultades de arquitectura me parece que está pendiente la cursada sobre espacios accesibles. Esto de la autonomía que siempre estoy hablando, el hecho de poder ingresar a un bar, a un restaurante, a un comercio para comprarme una ropa, y estas posibilidades que te da el poder de la rampa. Entonces esto es importante poder hablarlo, empezar a educar, que es el objetivo del grupo, sobre la convivencia. No estaríamos hablando de inclusión, sino más de convivencia. Nosotros convivimos, pertenecemos a la sociedad.
Guadalupe
Juan Cruz Colombier, Licenciado en Educación Física y profe del grupo, destaca el creciente enfoque en la visibilización de la discapacidad en la educación, y ejemplifica: «Lo que antes se llamaban “escuelas especiales”, hoy son llamadas “escuelas de apoyo a la inclusión”, evidenciando un cambio de perspectiva.
«Nada sobre nosotrxs sin nosotrxs» es un llamado a la acción, a abrir nuestras mentes y a trabajar juntos hacia una sociedad más inclusiva y justa para cada persona.
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