Maisonnave es una pequeña localidad ubicada en el departamento Realicó, a 186 km de Santa Rosa, casi al límite con la provincia de Córdoba. Fundado en 1906, se destaca hoy por una tranquilidad y un encanto que invitan a conocer.
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Un poco de historia
La historia de Maisonnave refleja la de muchos pueblos pampeanos. Comienza con el exterminio de las últimas tribus indígenas, la apropiación de sus tierras por el Estado Nacional y su posterior remate. Atraídas por el negocio, las elites que compraron las tierras empezaron a producir, posibilitando la llegada del ferrocarril para transportar sus materias y productos agrícolas hacia los puertos y centros de comercialización. A partir de las colonias ferroviarias, la fundación de los pueblos. Historia conocida.
Según la página oficial de la Comisión de Fomento de Maisonnave, para 1903 la población ya era «numerosa y próspera». Esto permitió la instalación de una casa de Ramos Generales, hornos para la fabricación de ladrillos y varios negocios, incluidas las clásicas fondas con barras para el despacho de bebidas alcohólicas.
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Estas condiciones motivaron a Damián Maisonnave, un joven emprendedor francés, a planificar el trazado de un pueblo en 1904, utilizando terrenos de su propiedad, anteriormente pertenecientes a Mauricia Iraola. La tarea la encomendó ese mismo año al ingeniero Luis Monteverde, quien elaboró el plano de acuerdo a los clásicos dameros de manzanas rectangulares, e identificando al futuro pueblo con el nombre de quien donara las tierras.
La fundación oficial ocurrió el 9 de julio de 1906. Le siguieron la fundación de la Iglesia y la Escuela N° 28, esta última fundada en honor al paleontólogo Augusto Bravard.
El pueblo queda en una loma, y su ritmo transcurre según el calendario con fechas precisas de siembra, labranzas y eventos tradicionales, como días festivos, patrios y religiosos. En cuanto a su población, los más de 1500 habitantes que llegó a registrar en 1920 fueron disminuyendo gradualmente con los años, hasta llegar a los 384 contabilizados en el último censo, cifra que en realidad no ha variado en décadas.
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Atractivos turísticos
Maisonnave, con su población mayormente dedicada a la agricultura, se caracteriza por su tranquilidad y belleza. Aunque la actividad económica se limita principalmente a lo agrícola, el pueblo ofrece varias atracciones naturales y culturales, además de un estilo de vida sereno y tranquilo que es motivo de orgullo para sus residentes.
Marta Annaratone, una vecina, tiene 63 años y un almacén de servicios generales desde hace 40. Nieta de migrantes italianos e hija de peones rurales, describe su infancia allí como «lo más hermoso que puede pasarle a una persona». En un pueblo pequeño donde todos se conocen, recordar la vida escolar es recordar momentos felices. «Era muy lindo, venían chicos en sulqui, en bicicleta, a caballo y jugábamos todos. Las maestras de antes, muy buenas y muy correctas», relata.
En su negocio, como es de esperar, se fía. «Sí, lamentablemente fío», dice entre risas. Los horarios de atención comienzan a las 7 u 8 de la mañana y, obviamente con una pausa para la siesta, vuelve a abrir de 16 a 22, aunque en verano a veces cierra más tarde. «Pero si me golpean, les abro«, aclara. Para ella, su pueblo es un refugio de paz: «Podés estar con la puerta abierta, con las ventanas abiertas que no pasa nada». Típico de pueblo, dirán.
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A pesar de la falta de oportunidades laborales, muchos encuentran trabajo en Realicó, localidad cercana. Para divertirse hay diversos eventos, como las famosas peñas de «El Rancho», un centro histórico. «Este viernes se hace una peña, se pone muy lindo, viene gente de afuera», comenta Marta.
En el verde pueblo, construcciones antiguas y bien conservadas permiten un viaje al pasado. Silvia Gomez, referente de Cultura y Turismo de la Comuna, destaca que la Iglesia y la escuela, junto con la Casa del Fundador, son monumentos que exhiben estilos arquitectónicos diversos. Explica: «Estos edificios históricos coexisten armoniosamente con la modernidad de la Plaza y el Paseo de la Salud, también con una pileta con un parque y asadores».
La entrada al pueblo está adornada con esculturas de diseño y elementos icónicos que reflejan su identidad. Las arboledas, pastizales variados y la diversidad de aves ofrecen un paisaje natural atractivo para los visitantes. Sus calles anchas y espacios verdes son ideales para caminatas, paseos en bicicleta y encuentros al aire libre.
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Celebraciones
El calendario de Maisonnave está marcado por eventos tradicionales que refuerzan el sentido de comunidad.
9 de julio: día de la fundación del pueblo, coincide con el Día de la Independencia de Argentina, y se celebra con fervor patriótico.
26 de julio: se conmemora a la Santa Patrona, Santa Ana, con una cena criolla o una peña tradicional.
8 de diciembre: se realiza una peregrinación con oficio religioso en la Parroquia Santa Ana, seguido de un festival musical y una feria de artesanos y emprendedores locales en la primera quincena de diciembre.
El pueblo ha mantenido muchas de sus costumbres, con excepción de la gobernanza. Luego de reiteradas intendencias a cargo del radical Luis Bertero, en las elecciones generales de 2023, fue elegida como presidenta de la Comisión de Fomento Rodecia Maribel Bernelli. Se trata de la primera mujer que asume los destinos de la comuna.
Maisonnave como destino ofrece tranquilidad, belleza natural y un profundo sentido de comunidad. Desde sus inicios hasta hoy, este pueblo agrícola-ganadero mantiene sus raíces mientras abraza las oportunidades turísticas, invitando a descubrir y disfrutar de su singular encanto.
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