Paula Tueros (30 años) es de Santa Rosa. Hoy está viviendo en Australia. Y es testigo, muy de cerca, de los peores incendios forestales en la historia de ese país.
En diciembre tuvo que evacuarse. Le tocó ver con asombro los fuegos artificiales de fin de año de Sydney, a pesar de las alertas. Y un país entero en las calles que protesta, y reclama, por el cambio climático.
A fines de noviembre, se instaló en Blackheath (The Blue Mountains), un pueblo a 90 km de Sydney. Cuando llegó, los incendios ya estaban presentes. Había humo muy cerca. Con los días el fuego se fue acercando. Alcanzaron a evacuar.
La app “Fire near me” del estado de NSW (New South Wales) a disposición de la ciudadanía, les permite seguir el mapa de los incendios en tiempo real, con indicaciones geolocalizadas sobre qué hacer, cómo actuar, cuándo evacuar y cuándo no.
Un país que sigue en alerta. El 2019 fue el año más seco y caluroso registrado en Australia a causa del cambio climático, según expresó el buró de meteorología australiano.
Los números hasta el momento: 28 personas murieron, mil millones de animales muertos, 2000 viviendas destruidas, más de 10 millones de hectáreas arrasadas.
VIVIR cerca del fuego
“A mediados de diciembre el humo ya empezaba a llegar a la zona, había días que se sentía más y otros que casi no. Todo dependía del viento. Los dueños de la guesthouse donde vivimos, alertaban que el fuego estaba muy cerca, que estemos preparados por si teníamos que evacuar, que tarde o temprano eso iba a pasar.
Debido a la incertidumbre, la paranoia y el temor, dos días después decidimos que lo mejor era agarrar todas nuestras cosas e irnos. Al día siguiente amanecimos con el humo casi adentro de nuestra casa. Afuera no se podía respirar bien, lo sentías inmediatamente en la garganta, e incluso afectaba también a los ojos.
Ofrecimos nuestra ayuda a los dueños de casa para preparar lo necesario antes de irnos. Ellos se iban a quedar hasta último momento, por si tenían que apagar pequeños incendios que se propagaran por las chispas.
A primera hora de la tarde nos fuimos para Sydney. Fue fuerte ese momento. Pudimos observar que ya se había ido mucha gente del pueblo, y cuando tomamos el tren había muchos con equipaje que estaban evacuando de pueblos cercanos.
Lo fuerte reside en pensar que nosotros en realidad no perdíamos nada, era simplemente llenar nuestras mochilas y salir, pero esa gente estaba dejando sus casas, sus trabajos y su pueblo. Sin saber qué iba a pasar con todo eso. La imagen era bastante triste y desesperanzadora.
Al llegar a Sydney los comentarios que nos llegaban eran que habíamos tomado una buena decisión en irnos, ya que el ambiente estaba cada vez peor y el fuego cada vez más cerca, a menos de 1km de casa.
Gracias al exitoso trabajo del equipo de bomberos en Blackheath que pudieron contener y controlar el incendio, no hubo grandes pérdidas, sólo algunas casas del bosque. El resto de la ciudad quedó intacta, con dolor, vacía, y con más incertidumbre que antes. En pueblos de alrededor sí hubo algunas pérdidas.
SYDNEY: fuegos artificiales, como si nada
Nosotros desde Sydney, y la revolución de fin de año, estábamos a salvo. Pendientes de las noticias, siempre al tanto de la situación, y con intenciones de volver lo más rápido posible. Principalmente porque yo tenía que viajar casi 3hs de ida y 3hs de vuelta al trabajo.
Nochebuena volvimos a casa para pasar Navidad con la gente del pueblo, y con la idea de quedarnos nuevamente. Ahí nos dimos cuenta de que el ambiente permanecía muy contaminado. Si bien el fuego estaba cerca, estaba controlado. El mayor problema eran los pronósticos: altas temperaturas, vientos desde el sur y la baja humedad no era nada alentador. Decidimos estar una semana más en la ciudad, donde todavía se respiraba bien.
Llegó el 31 de diciembre. Los tan esperados fuegos artificiales de Sydney estuvieron en duda hasta último momento. Fue un día de mucho calor, y muy propicio para incendios en muchos sectores de Australia. Los fuegos artificiales existieron y aparentemente fue una fiesta. ¿Irónico no? Habiendo cientos de incendios activos en el país, y gente perdiendo su casa e incluso sus vidas, millones y millones de animales muertos.
Ese día la app no dejaba de notificarnos sobre la prohibición absoluta de encender fuegos en ciertas áreas del país. Incluso el 31 Sydney amaneció cubierto de humo, pero sí, como dije antes, los fuegos artificiales existieron. Cómo imaginar que nó…Con el turismo que mueve millones por el evento más esperado del país, no se iban a cancelar.
En coincidencia y por arte de magia, luego de este acontecimiento fue cuando el mundo se empezó a enterar de lo que estaba pasando en Australia, y a viralizar la información. Imágenes y videos, cuando en realidad hacía alrededor de dos meses que estaban los incendios ya instalados.
Volviendo a nosotros, el 2 de enero corroboramos que estaba todo bien en Blackheath, por lo menos fuera de riesgo y aventurados a volver a casa, lo hicimos.
Efectivamente la situación estaba mucho mejor, cuando llegamos lloviznaba, (con todo lo que significaba esa lluvia para Australia en este momento), estaba fresco y casi sin rastros de humo.
Desde entonces sólo una mañana nos levantamos y la casa estaba llena de cenizas. Luego mejoró el ambiente, y ha llovido bastante. Por acá está volviendo de a poco todo a la normalidad. Hablo en cuanto a tranquilidad, porque claramente lo que pasó trajo consecuencias.
The Blue Mountains es un área muy turística de Australia, donde hay muchos Parques Nacionales, por ende recibe muchas visitas por año. Claramente en este momento no viene mucha gente, a nivel laboral está muy parado todo.
Se respira preocupación e incertidumbre no se sabe lo que va a pasar ni cuánto tiempo seguirá esto tan parado. Por el momento los Parques Nacionales permanecen cerrados hasta nuevo aviso, eso significa que no saben cuánto tiempo más van a estar sin turistas. Y acá dentro de todo… eso es lo peor. Por lo leído, en el sur la situación fue aún peor, fue más urbano, mucha gente perdió su casa, sus mascotas, incluso sus vidas. ¿Cómo se sigue después de una catástrofe así?
El CAMBIO colectivo, es personal
Reflexiono, más allá de los hechos y a raíz de los mismos ¿en qué momentos pensamos hacernos responsables de los que está pasando? ¿Cuándo empezamos a ocuparnos? Está claro que los grandes cambios deberían venir desde arriba (gobierno, grandes empresas, productores, ganaderos, etc.) ¿Pero nosotros cuándo? ¿Qué más tiene que pasar?
Que esté pasando esto en Australia, y que sea un país que esté lejos, no significa que no te vaya a pasar a vos, que no vaya a pasar en tu país. Ahora hay mucha gente impactada con este número de animales perdidos, y con las imágenes de koalas y canguros muertos, o quemados. ¿Pero somos conscientes de lo que consumimos a diario?
Hacernos consciente de dónde viene lo que consumimos, qué contiene y qué consecuencia tiene tanto para nosotros, como para el medio ambiente. Cambiar hábitos, los que más puedas. Reducir el consumo, en general, de carne, de plásticos, de conservantes. Reducir la basura. Hoy hay información e ideas por todos lados, para reciclar, reutilizar.
Ya es momento, sin excusas, porque mucho tiempo no tenemos para revertir la situación, la naturaleza ya nos viene dando varios avisos. Aunque sea hagámoslo para las generaciones que vienen. Hagamos un cambio, cuidemos nuestro propio cuerpo y cuidemos nuestro planeta, que es nuestra casa.”
¡Gracias Paula por tu testimonio!