Rosana Rodríguez tiene 36 años y hace siete años que decidió arrancar con su emprendimiento “Un Poco Cuerda”. Hace carteras, bolsos, cartucheras, fundas de celulares, notebooks y mucho más, siempre ecológico y hecho a mano.
“Siempre me gustó coser. Mi mamá tenía una máquina de coser y de adolescente empecé a hacer ropa para mí y para mi familia”.
Rosana Rodríguez
A pesar de que ella tenía conocimientos de costura, el emprendimiento comenzó de la manera menos pensada: “Un día fui a una librería conocida a comprar una cartuchera y vi el precio y lo que duraban y dije voy a hacer la mía”. Rosana resalta que hasta el día de hoy la cartuchera que se hizo sigue intacta, a pesar de usarla diariamente.
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Primero lo primero: antes de avanzar tenía que encontrar el nombre perfecto para su negocio: “Quería algo pegadizo. En cualquier momento del día les mandaba nombres por WhatsApp a mis amigas y a mi hermana. Finalmente, quedó «Un poco cuerda». El nombre es porque yo soy un poco cuerda y un poco loca. Justo salía de terapia y mi emprendimiento también se caracterizaba por usar telas muy coloridas y con patrones. Sentía que el nombre acompañaba la esencia de mis productos. Lo busqué por todos lados a ver si ya existía alguien que haya usado ese nombre. Yo ya lo veía a fututo, no como algo momentáneo”.
“Empecé a hacer varias cosas para mí y después a tomar pedidos. Lo primero que hice fueron cartucheras y fundas para notebooks, lo que más me gustaba y me resultaba más fácil. Hice tandas para tener stock y las empecé a vender. Por suerte a la gente le gustó y vendí muy bien. Después incorporé distintos tamaños de cartucheras, fundas para lentes y celulares, bolsos, billeteras de tres tamaños, mochilas y bolsas de compras. Después, hice mi tienda online para tener un catálogo y que los clientes puedan ver mi trabajo, elegir algo del stock o pedirme algo en específico«.
Rosana Rodríguez
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Su meta siempre fue que sean productos ecológicos y funcionales. Todos los materiales son libres de crueldad animal. Están hechos de PU biodegradable, una cuerina de larga duración, gabardina y textiles 100% algodón.
Al principio Rosana iba al barrio de Once en Buenos Aires a comprar telas o las encargaba para traerlas. Pero cuenta que en un momento ya había usado todos los estampados del barrio y se cansaba verlos otra vez. Ahí fue cuando decidió empezar a hacer sus propios estampados para darles una impronta personal.
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Buscó entre varios métodos y encontró la serigrafía: utiliza tintas al agua amigables con el medio ambiente. También todas las herramientas se pueden limpiar con agua y eso la terminó de convencer. Empezó a marcar un camino más definido dentro de su marca.
«Fui a un curso de serigrafía acá en Santa Rosa y me encantó. Aunque yo no tenía tiempo para hacer todo: diseñar, confeccionar y estampar los accesorios. Así que le propuse a la profesora, dueña de Mantarraya Lunar, que estampe para mí. Pero ella se iba a México porque vive allá, da talleres de serigrafía, es ilustradora y se dedica al arte. Así que me enseñó todo lo que yo necesitaba antes de irse y después me mantenía en contacto y me despejaba las dudas por videollamadas«.
Rosana Rodríguez
Los diseños los hace a mano, los escanea y los pasa a la computadora. Ahí los edita con el lápiz digital, les agrega textura y modifica lo necesario. Después lo imprime en un papel fotolito, en positivo, y se pasa a un tablón donde queda la matriz en tela. Con eso hace muchas estampas juntas, todas iguales. Se puede hacer serigrafía en vidrio, paredes, madera, tela, goma, plástico, es una técnica muy noble, no como sublimación que es solo en ciertas superficies.
«Me interesa que la gente entienda qué es lo que compra, no todas las estampas tienen la misma calidad. Me gusta mostrar el proceso y lo que hay detrás de lo que vendo. Hace dos años, en la primera feria del regalo después de la pandemia, con un compañero hicimos serigrafía en vivo para mostrar cómo se hace«.
Rosana Rodríguez
«En un momento ya tenía tienda online, había registrado mi nombre como marca y tenía que dar el siguiente paso. Hablando con mi contador de objetivos surgió tener puntos de venta para poder expandirme. Busqué tiendas en otras provincias y lo sentí como mandar mi currículum. Encontré “Cambalache tienda de autor”, en La Plata y coordinamos para que venda mis productos. En Santa Rosa también vendo en “La Madriguera” sobre la calle Garibaldi 140 y en Santa Fe en “Colectivo Nudo”. La idea de este año es agregar más puntos de venta«.
Rosana Rodríguez
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Un poco cuerda también estampa para terceros, ha hecho copas de gin tonic, bolsas de tela para el Poder Judicial de La Pampa, remeras para la banda Niyamas. Tiene los trámites para ser proveedora del Estado así que a veces le encargan distintos productos.
«Hace 8 meses tuve a mi primer hijo y ya no tengo el mismo tiempo que antes. También trabajo con talleristas que me ayudan a coser los productos, es algo que por suerte y en parte se pude delegar. No es fácil, pero con un buen compañero de ruta las cosas son distintas. Soy del estilo de madre que cría 50-50. Por ejemplo, me fui a Buenos Aires cuatro días y el bebé quedó con el papá. Hay mujeres que eligen estar ellas a cargo de todo, todo el tiempo, y lo respeto, pero yo no. La maternidad no es fácil y la mapaternidad es lo ideal«.
Rosana Rodríguez
Los productos de Un poco cuerda pueden adquirirse en su tienda online, Instagram, por mensajes al Whatsapp +54 9 2954 221134 o en los Puntos de venta: en Santa Rosa “La Madriguera” sobre la calle Garibaldi 140, en La Plata “Cambalache tienda de autor”, y en Santa Fe en “Colectivo Nudo”.
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