La disparidad de género en el mundo de la tecnología existe y es alarmante. Solo el 16% de los estudiantes de las carreas de programación son mujeres, y en las carreras STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas), el 33%.
En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, entrevistamos desde #LPN a la coordinadora de comunicación y prensa, Florencia Boero de la organización Chicas en Tecnología (CET), para que cuente acerca del trabajo de la ONG y el por qué detrás de esta desigualdad.
Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia El 22 de diciembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió establecer un Día Internacional anual para reconocer el rol crítico que juegan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología, a través de la Resolución A/RES/70/212.
CET es una organización sin fines de lucro que promueve la inserción de jóvenes de entre 15 y 23 años en el ambiente emprendedor tecnológico. «Reducir la brecha de género en este rubro y despertar vocación en las chicas, es lo que queremos», menciona Florencia. «Además, buscamos llegar a las chicas que están en el secundario en el momento de decidirse por una carrera», agrega.
La coordinadora de Comunicación y Prensa de CET explica que en la mayoría de los estudios de educación del mundo, se llega a la conclusión de que los adolescentes en general y las mujeres en particular, eligen carreras en las que sienten que son buenos. A raíz de esto, Florencia hace énfasis en que «si las chicas nunca se acercan a la tecnología desde un lugar de creadoras y se acercan solo como usuarias, nunca ni siquiera van a pensar que ese puede ser un lugar para ellas».
Para llevar a cabo este ambicioso objetivo, desde CET ofrecen programas e iniciativas libres y gratuitas para chicas de todo el país y la región.
Hasta hoy, alrededor de 8.000 chicas pudieron enriquecer sus conocimientos en programación y tecnología, y despertar, tal vez, una vocación impensada. Ofrecen desde pasantías, becas, un portal de empleo, charlas, conferencias y eventos con el fin de que las jóvenes accedan a la comunidad tecnológica de Argentina.
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En el año 2015 cuatro profesionales de distintos rubros, se reunieron en un «after» autogestionado de mujeres y «cranearon» una propuesta a raíz de una premisa en la que todas coincidían: en cada uno de sus ambientes laborales faltaban mujeres. A partir de una vaga idea, se gestó un proyecto que actualmente crece a escala internacional. Jóvenes de Chile, México, Uruguay, Argentina, Colombia y Perú, este año, pudieron acceder a los programas de CET en formato virtual.
El por qué detrás
«Si pensás en los «capos» de la tecnología a nivel mundial ¿Quién se te viene a la cabeza?», preguntó Florencia en la entrevista. Y si, la respuesta terminó, en reiteradas veces, haciendo referencia a un hombre blanco, heterosexual norteamericano, y además reconocido como un «genio y brillante». El contexto social no visibiliza a las mujeres en la tecnología, no existe una figura femenina que represente lo que los hombres sí, a pesar de que la primera programadora del mundo haya sido una mujer. La británica Ada Lovelace.
La falta de representación de mujeres en el rubro, produce y multiplica sesgos de género. «Es necesario que haya mujeres tomando decisiones para generar tecnologías, sino sus voces no quedan representadas, y los sesgos y estereotipos de género se trasladan a las aplicaciones que utilizamos en el día a día«, dice Boero.
Desde CET también incentivan a las jóvenes a mirar a la tecnología con un «ojo crítico» y a tener en cuenta que la tecnología no es «algo dado, que se crea en el aire» sino » que hay una persona detrás tomando decisiones».
A escala global, solo el 6% de las aplicaciones que se utilizan para , por ejemplo, pedir comida, mirar películas, para formar nuevas relaciones, etc, son gestadas por mujeres. «Los equipos que diseñan las tecnologías no son diversos y esto significa que hay voces que no están siendo escuchadas», relata la entrevistada.
En este sentido, señala que hay miles de errores que puede contener una solución tecnológica cuando no es lo «suficientemente diverso el equipo de trabajo». Para graficar estos «errores» con sesgos de género, Florencia hace referencia a la aplicación «FaceApp», la cual cambia de género al usuario y al hombre en su versión adulta se le dejan las canas y a la mujer, en cambio, el color de pelo permanece igual a la versión original o en algunos casos el cabello está teñido.
Menos mitos, más datos
CET fue la primera institución en investigar la cantidad de mujeres que estudian carreras relacionadas a la tecnología, informática e ingeniería en Argentina.
En las carreras universitarias de grado en CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en instituciones universitarias de gestión pública y privada el 33% son mujeres y el 67% varones. En las carreras de programación las mujeres representan sólo el 16%.

«El mundo se está perdiendo de nuestra capacidad. De nuestra visión. De nuestra creatividad».
Cerrar la brecha digital de género es una responsabilidad colectiva y desde Chicas en Tecnología, lo están logrando.