Entramos en la primavera, y es un buen momento para renovar el suelo de nuestro hogar. Para lo cual podemos comprar tierra fertilizada o, mejor aún, aprovechar el compost con residuos orgánicos, un complemento rico en nutrientes que colabora en la fertilidad del suelo.
Muchas veces escucho: ¿cómo puedo hacer? Bueno esta es una manera, no es complicado, solo es cuestión de tomar la iniciativa y prolongarla en el tiempo. Después es cuestión de hábitos.
¿Cómo podemos hacerlo de una manera rápida y sencilla?
Cuando tratamos temas como la separación de los residuos, en este caso los residuos orgánicos, para clasificarlos primero tenemos que identificarlos. Son aquellos desechos o residuos de origen animal y/o vegetal, que tienen la capacidad de degradarse rápidamente, transformándose en otro tipo de materia orgánica.
Clasificación de residuos
Restos de comida Cáscaras de huevo o frutas, semillas, aceite, huesos, vegetales. También incluyen desperdicios de comida o de la manipulación y elaboración de alimentos, alimentos en mal estado y los excedentes alimentarios que no se han comercializado o consumido (separados de su envase).
Residuos vegetales Restos de la poda de plantas (hojas o ramas). Estos residuos requieren una gestión específica por cuestiones de logística de recogida, siendo de mucha importancia respetar la época de poda. Flores, incluso en estado marchito.
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Restos de materiales y naturaleza Se incluyen el algodón y las prendas de ropa elaborada con este material y con gasa, las ropas confeccionadas con pieles de animales y los restos de animales muertos. Distintos tipos de palillos de madera (de helado, de comida china).
Otros residuos Papel y cartón, servilletas y toallitas de papel, cualquier material de corcho, bolsas aquellas que pueden utilizarse para abono, llamadas compostables. La orina y excrementos de animales domésticos lo dejaremos para otro momento, pero también pueden ser utilizados como abono.
El compostaje es un proceso aeróbico que implica la descomposición de los residuos orgánicos en presencia de oxígeno. Los microorganismos como hongos, bacterias, lombrices y/u otro tipo de insectos, descomponen la materia orgánica y la transforman en compost.
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Aunque no existe el mejor método de compostaje sino el más útil para cada caso, ya sea por espacio físico, lo que buscamos obtener o el tiempo que podamos dedicarle, y un tema no menor la inversión económica, hoy día nos encontramos con un diversidad de opciones.
En la actualidad es un tema tan recurrente en la sociedad, que se han ideado diferentes métodos y objetos para llevar a cabo este proceso con un menor esfuerzo. Por ejemplo: composteras con tarros apilables, caseras con materiales reciclados o industrializadas, de plástico, plástico reciclado o madera. Circulares o cuadradas, giratorias o fijas.
No en todos los casos podemos utilizar los mismos residuos. Por ejemplo si queremos trabajar con lombrices, de donde se obtiene un humus muy rico para el suelo, las limitancias son mayores, pero si tenemos una compostera ya sea giratoria, apilable u otro método que se adapte al espacio disponible, las restricciones al momento de descartar nuestros residuos son mínimas.
¿Y los olores? Los olores que pueden surgir de la descomposición también es importante para tener en cuenta. Hay más posibilidad de olores en aquellas apilables o que se encuentran sobre el suelo, ya que no siempre se remueva y esto puede generar gases.
El tiempo que tardan en degradarse los restos orgánicos es relativamente corto, según el método y la época del año de 1 mes a 1 año. Durante el invierno el proceso suele ser más lento por el frio, aunque si se encuentra en un sitio con reparo que mantenga una temperatura templada, esto puede acelerar el proceso de descomposición.
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Existe también, para tener en cuenta otro proceso de compostaje anaeróbico, o biometanización. Es un proceso según el cual los residuos orgánicos se descomponen en ausencia de oxígeno. Mediante la acción de microorganismos, los residuos se convierten en biogás, una mezcla de metano, CO2 y otros gases. Este gas puede utilizarse para generar calor y energía eléctrica.
La transformación de residuos en gases de baja huella de carbono reduce el volumen de basura depositada en los vertederos, lo que genera un impacto positivo en el medioambiente, que es parte del proceso de la economía circular y tiene un papel esencial en la reducción de la huella de carbono. Es un buen método para reducir la basura generando dobles beneficios, la alimentación energética y reducción de residuos.
A partir de acá, depende de nuestro compromiso para lograr un entorno saludable, colaborando con el ambiente de una manera rápida y sencilla.
Guillermina Porcel Tavernelli. Mujer, soñadora, curiosa e intuitiva, poseedora de pensamiento crítico. Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. guillerminatavernelli@gmail.com
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