El 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes (DMD). Visualizar esta enfermedad, con sus posibles complicaciones a largo plazo, potenciar la prevención y facilitar el acceso a los cuidados de la salud, es la mejor estrategia.
El Pacto Mundial contra la Diabetes (PMD) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una acción concreta. Es necesario asegurar para todas las personas diabética, el acceso a cuidados básicos, el tratamiento regular y la concientización sobre la importancia de
reducir riesgos.
Esta enfermedad metabólica crónica, caracterizada por niveles elevados de azúcar en sangre, tiene gran impacto en la salud y la calidad de vida de la persona.
Sin embargo, en el mundo, es alto el número de personas que no tienen acceso a la atención o las intervenciones necesarias para prevenir y controlar la diabetes.
Los programas de educación favoreciendo la adherencia al tratamiento son predictores de buen control o manejo de la diabetes, donde adquiere especial relevancia el autocuidado continuo (medicación reglada, dieta y actividad física regular), con estricto control de los niveles de azúcar en sangre.
Dentro de las complicaciones descriptas, se menciona la enfermedad cardíaca o renal, pérdida de la visión e incremento de riesgo de muerte prematura.
Pié diabético, una complicación frecuente
Una complicación frecuentemente es el pie diabético, que genera una importante pérdida en la calidad de vida de las personas.
Existen factores predisponentes, como el trastorno vascular periférico, la neuropatía y la artropatía diabética, que generan deterioro muscular, alteración de la sensibilidad y déficit de movilidad articular.
Y factores desencadenantes, como es el híper apoyo o aumento de presiones plantares, que generan lesiones de tejido o ulceras plantares, agravada por las dificultades en la cicatrización de la persona diabética.
El pie diabético es complejo, por lo tanto, identificar las alteraciones y prevenir la ulceras debe ser prioritario.
Es importante el estricto cuidado de la piel, con higiene e hidratación regular, el cuidado y corte de las uñas. Además, evitar productos abrasivos y parches.
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Completa la lista de cuidados del pie a la selección del calzado adecuado, medias de algodón o similar y hacer ejercicios específicos de tobillo y pie, agregado a un plan global de ejercicio físico, a cargo de equipos terapéuticos capacitados.
Es importante reforzar el concepto de que la actividad física favorece la buena evolución de la enfermedad y minimiza los riesgos.
Algunos consejos más
Evitar los hábitos de vida no saludables como la inactividad física y sedentarismo, que favorecen la mala evolución de la enfermedad.
Evitar las conductas de riesgo no saludables como alcohol, tabaquismo y abuso de sustancias.
Respetar el ritmo del sueño y los periodos de descanso. La alteración del sueño es un factor de riesgo silencioso.
También la dieta saludable y el control del peso.
Lic. Gustavo Gheller es Fisioterapeuta, Lic. en Kinesiología y Fisiatría, especialista en Kinefisiatría Crítica, diplomado en Kinesiología del Trabajo, Ocupacional y Laboral g.gheller@hotmail.com
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