Volver a casa: el camino en la era del trabajo híbrido

Cuando hablamos de transformación digital no estamos diciendo que un producto analógico se convierte en uno digital en el acto. Si decimos transformación, decimos cambio de proceso, por lo tanto, de resultados. Aparece algo distinto en un tiempo determinado, hecho de otro modo, y así se crea algo nuevo. Esto aplica a la comunicación, la docencia, el aprendizaje, lo administrativo, el consumo, la vida diaria de una persona o los negocios puros y duros.

Ahora, centrémonos en quienes formamos parte de estas estructuras de profesionales que, tras la pandemia, hemos cambiado el paradigma del trabajo.

Durante mucho tiempo, en profesiones como la Comunicación Digital (mi campo), el desarrollo parecía inevitablemente vinculado a las grandes ciudades. Para quienes nacimos en el interior de Argentina, como yo, que crecí en Santa Rosa, La Pampa, a 600 kilómetros de Buenos Aires, el camino parecía claro: mudarse a la capital si querías crecer.

La pandemia aceleró un proceso que ya estaba en marcha: la digitalización no solo cambió la forma en que trabajamos, sino también el lugar desde donde lo hacemos. Hoy puedo colaborar en proyectos globales desde mi ciudad, con la misma efectividad que si estuviera en la Capital. Lo que hace unos años era impensable, hoy es la norma para muchos profesionales de distintos sectores.

El cambio de paradigma no se limita a la comodidad de trabajar desde casa; también implica una nueva forma de entender el trabajo. Las empresas han empezado a valorar más el talento que la presencia física. La transformación digital «democratizó» el acceso a oportunidades laborales. Sin embargo, esta transformación no está exenta de desafíos. Aún hay limitaciones tecnológicas en muchas partes del país que impiden una adopción total del trabajo híbrido. Pero el cambio ya está en marcha, y para muchos, la posibilidad de trabajar desde nuestras ciudades representa una mejora radical en nuestras vidas.

No todo es color de rosa. El trabajo 100% remoto, aunque fue una solución inmediata durante la pandemia, no funcionó en todos los casos. Por eso, el modelo híbrido se está instalando como la dinámica más productiva. Muchas empresas en el mundo ya han hecho volver a sus empleados a las oficinas al menos dos veces por semana.

«El modelo híbrido que predomina es ofrecer dos días de home office por semana, opción elegida por el 53% de las compañías»

En mi opinión, esta combinación es la más eficaz, porque sociabilizar y ver a tu equipo de trabajo en persona contribuye al resultado final de cualquier proceso. La interacción cara a cara sigue siendo crucial para fortalecer vínculos, alinear objetivos y resolver problemas con mayor rapidez. El contacto físico en el entorno laboral aporta un valor que la virtualidad, por más avanzada que sea, no puede replicar del todo.

Datos duros para dar un mayor contexto: según un relevamiento de Korn Ferry, consultora global en gestión de talento y liderazgo, entre 118 empresas argentinas, el modelo híbrido que predomina es ofrecer dos días de home office por semana, opción elegida por el 53% de las compañías. Un 34% permite hasta tres días de trabajo remoto, y solo un 4% otorga mayor flexibilidad. Apenas un 8% de las empresas mantiene un esquema híbrido con un único día remoto.

La transformación digital no solo cambió cómo trabajamos, sino también desde dónde y con quién elegimos vivir nuestras vidas. Volver a Santa Rosa después de 20 años me permitió reconectar con mis raíces, estar cerca de mi familia y amigos, sin dejar de crecer profesionalmente.

Este nuevo paradigma no es sólo una evolución tecnológica, es la posibilidad de vivir plenamente, equilibrando lo personal y lo laboral. Y al final, eso es lo que realmente importa: estar donde queremos estar, haciendo lo que nos gusta, con quienes más valoramos a nuestro lado.

Gonzalo Paz es Lic. en Comunicación Audiovisual y gerente de Estrategia Digital en Bioceres gonzalobpaz@gmail.com

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